La estrategia de Alibaba se debate entre dos fuerzas contrapuestas. Por un lado, la compañía acelera sus inversiones en inteligencia artificial e infraestructura cloud. Por otro, el mercado doméstico chino, pilar fundamental de su negocio, muestra signos de debilidad que pesan sobre el ánimo de los inversores. Este contraste entre preocupaciones macroeconómicas a corto plazo y la promesa de crecimiento a largo plazo define el momento actual del gigante del comercio electrónico.

El lastre de los datos macroeconómicos chinos
La publicación de los últimos datos macroeconómicos de China ha reintroducido un elemento de cautela en el mercado. Las cifras de noviembre revelaron que las ventas minoristas, un indicador clave del consumo interno, solo crecieron un 1,3% interanual. Este es el ritmo más lento registrado desde diciembre de 2022, lo que sugiere que la recuperación del gasto de los consumidores es más lenta de lo esperado, a pesar de las medidas de estímulo gubernamentales.
Para un grupo como Alibaba, cuyas plataformas Taobao y Tmall dependen directamente de la confianza del consumidor chino, esta tendencia es significativa. Además, la inversión en activos fijos se contrajo un 2,6%, pintando un cuadro de un entorno económico más frío en general. Esta combinación de factores ejerció presión inmediata sobre la cotización, situando a Alibaba entre los valores más débiles del Hang Seng en Hong Kong y anticipando un posible arrastre en Wall Street.
La carrera tecnológica: chips de IA entre la geopolítica y la regulación
En paralelo a este contexto, Alibaba avanza en su transformación tecnológica. Un eje central es la adquisición de chips de alta gama para potenciar sus plataformas de IA y servicios en la nube. Este esfuerzo se ha visto influenciado por informaciones que apuntan a un posible relajamiento, por parte de la administración del presidente estadounidense Donald Trump, de las restricciones a la exportación de chips como los H200 de Nvidia.
Aunque Alibaba ha mostrado un claro interés en acceder a estos procesadores, surge una nueva capa de incertidumbre desde dentro de China. Según los reportes, los reguladores chinos están evaluando la real necesidad que tienen las grandes tecnológicas nacionales, incluyendo a Alibaba y ByteDance, de importar estos componentes. Por tanto, la posibilidad técnica choca con el riesgo geopolítico y regulatorio, dejando en el aire la aprobación final de Pekín para importaciones a gran escala.
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Los motores de crecimiento futuro: Cloud e IA
Operacionalmente, la compañía mantiene un firme compromiso con sus áreas de crecimiento estratégico, a pesar del viento en contra en el comercio electrónico tradicional. Las métricas recientes lo corroboran:
- División Cloud: Esta unidad reportó recientemente un crecimiento de ingresos del 34%.
- Ingresos por IA: Los productos relacionados con inteligencia artificial han registrado un aumento de ingresos en porcentajes de tres dígitos durante varios trimestres consecutivos.
- Plan de inversión: La empresa ha destinado aproximadamente 53.000 millones de dólares para expandir su infraestructura de centros de datos e IA.
Este panorama crea una dualidad evidente para los inversores. Los temores cíclicos y la debilidad del consumo dominan la narrativa a corto plazo, mientras que las cuantiosas inversiones en el grupo de "Cloud Intelligence" están diseñadas para rendir frutos en un horizonte más lejano. El mercado parece estar descontando más el riesgo inmediato sobre el negocio central que el potencial estructural de las áreas de cloud e IA.
En el plano técnico, la acción cotiza alrededor de 132 euros, nivel que se sitúa notablemente por debajo de su máximo del último año y aproximadamente un 5% por debajo de su media móvil de 50 días. Un indicador RSI de 29,4 apunta a un territorio de sobreventa.
Perspectiva: Un equilibrio inestable
El escenario chartista refleja un nuevo retroceso tras un período de estabilización, con la presión proveniente de Asia afectando también a los papeles negociados en EE.UU. El dilema de fondo permanece intacto: el contraste entre un negocio central cíclico y una división de IA y cloud en expansión, cuyo impacto pleno se materializará a medio plazo.
La conclusión es que, mientras los datos de consumo chino no muestren una reversión clara de la tendencia, el potencial alcista de la acción de Alibaba probablemente seguirá limitado por los lastres macroeconómicos. Este techo podría persistir independientemente del dinamismo que el negocio en la nube siga demostrando en segundo plano.
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