El panorama que presenta Tesla en estos momentos es, cuanto menos, contradictorio. Por un lado, su cotización en bolsa escala a niveles récord, mientras que por otro, los datos operativos muestran un deterioro significativo y las autoridades incrementan su escrutinio. ¿Está el mercado de valores pasando por alto las señales de alerta fundamentales, seducido únicamente por la promesa de los futuros robotaxis?
Un desplome preocupante en los mercados clave
Los datos de ventas recientes pintan un cuadro complejo para el fabricante de vehículos eléctricos. La región europea se ha convertido en un punto débil especialmente alarmante. Hasta noviembre de 2025, las entregas en la Unión Europea se han desplomado casi un 39% en comparación con el mismo periodo del año anterior, uno de los retrocesos más pronunciados en un mercado central para la compañía.
La tendencia negativa no es aislada, sino global:
* En el mercado chino, las entregas hasta noviembre también están en terreno negativo, con una caída superior al 8%.
* Para Estados Unidos, se anticipa un retroceso anual del 9%.
* De hecho, las ventas en suelo estadounidense durante el mes de noviembre alcanzaron su nivel más bajo desde enero de 2022.
A la luz de estos números, los analistas han ajustado sus previsiones. Varias entidades, incluyendo Canaccord y UBS, han recortado sus estimaciones de entregas para el cuarto trimestre, situándolas en torno a las 415.000 unidades. Para el conjunto de 2025, se proyecta una reducción en las ventas del 7,7%, hasta los 1,65 millones de vehículos. Aunque se vislumbra una posible recuperación para 2026, con un pronóstico de 1,86 millones de unidades, el entorno competitivo cada vez más feroz hace de este objetivo un desafío considerable.
La sombra de las investigaciones regulatorias
A los desafíos comerciales se suma una presión regulatoria creciente. La NHTSA, la agencia de seguridad vial de Estados Unidos, ha abierto una investigación sobre aproximadamente 179.000 unidades del Model 3 del año 2022. El foco está puesto en el mecanismo de desbloqueo de emergencia de las puertas, que la autoridad califica como "oculto, sin etiquetar y no intuitivo de localizar en una situación crítica".
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La investigación se inició tras una queja de un propietario, quien declaró que, durante un incendio de su vehículo, solo pudo escapar rompiendo la ventanilla trasera porque las puertas principales estaban bloqueadas. Este caso añade más controversia al diseño de los tiradores de las puertas de Tesla, ya previamente criticado.
La bolsa mira más allá: la fiebre del robotaxi
Frente a este telón de fondo de dificultades, el comportamiento de la acción de Tesla resulta paradójico. Recientemente, el título alcanzó un máximo histórico intradía de 498,83 dólares. Esta divergencia evidencia una clara desconexión entre el precio de mercado y los resultados operativos actuales.
El motor de este optimismo bursátil parece ser la visión a largo plazo de la conducción autónoma. El avance en el desarrollo de los robotaxis está captando toda la atención de los inversores. Prueba de ello son las pruebas que la compañía ya realiza en Austin con vehículos autónomos que circulan sin un conductor de seguridad en el asiento del copiloto, alimentando las expectativas de futuro.
Esta dualidad genera posturas divergentes entre los analistas. Mientras recortan previsiones de entregas a corto plazo, algunos simultáneamente elevan sus objetivos de precio para la acción. Canaccord, por ejemplo, estableció un precio objetivo de 551 dólares, argumentando que el mercado está mirando más allá de un trimestre débil para concentrarse en los catalizadores de crecimiento de largo plazo.
La próxima revelación de las cifras oficiales de entregas del cuarto trimestre, prevista para principios de enero de 2026, pondrá a prueba esta narrativa y mostrará si la confianza de los inversores se mantiene firme frente a la realidad operativa.
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