El gigante bancario español afronta un relevo en su cúpula directiva. Samantha Ricciardi, quien ejercía como consejera delegada global de la división de gestión de activos (SAM), abandona la entidad para incorporarse a la competidora Fidelity International. La noticia, conocida este martes, fue recibida con relativa tranquilidad por los inversores. No obstante, la pregunta que planea ahora es cómo afectará esta partida al futuro de uno de los negocios más dinámicos del grupo.
Un cambio de rumbo en la dirección
La marcha de Ricciardi supone un punto de inflexión para Santander Asset Management. Durante los casi cuatro años que ha permanecido al frente, la división registró un crecimiento notable, con un aumento de aproximadamente el 40% en los activos bajo gestión (AuM), que alcanzaron unos 255.000 millones de euros. Bajo su mandato, se impulsó la consolidación estratégica y la expansión internacional del negocio. Su nuevo cargo como responsable para la región EMEA en Fidelity International, una firma que supera el billón de dólares en activos gestionados, es un testimonio de su prestigio en el sector financiero.
El banco ha iniciado ya el proceso para encontrar un sustituto. El traspaso de responsabilidades está previsto para marzo de 2026, lo que deja un margen considerable para una transición ordenada.
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Contexto favorable tras una reciente reorganización
Este movimiento en el equipo directivo se produce en un momento operativamente propicio. Santander culminó en noviembre de 2025 una importante fusión interna en España, al integrar las unidades de inversión SAM y Santander Private Banking Gestión. La entidad resultante de esta operación maneja en la actualidad alrededor de 127.000 millones de euros.
Esta reestructuración, ya finalizada, contribuye a reducir el impacto operativo del cambio de liderazgo. Los cimientos estructurales para el crecimiento futuro están, por tanto, consolidados antes de que la nueva persona tome las riendas.
Reacción del mercado y próximos pasos
La cotización de Santander mostró firmeza durante la sesión del martes, operando cerca de su máximo anual de 9,48 euros. Esta estabilidad sugiere que los inversores confían en la capacidad de la entidad para mantener su trayectoria. El próximo hito relevante será la publicación de los resultados correspondientes al cuarto trimestre de 2025, prevista para finales de enero de 2026. Es posible que en esa comunicación se ofrezcan los primeros detalles sobre el plan de sucesión.
La pérdida de talento directivo de primer nivel siempre representa un reto. Sin embargo, el sólido desempeño del banco –recientemente nombrado "Mejor Banco de Europa" por la publicación The Banker– y la estructura consolidada de su negocio de gestión de activos apuntan a que los fundamentos de la compañía permanecen intactos.
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