La paradoja que rodea a Rocket Lab USA se ha hecho evidente en los últimos días. Mientras la compañía aeroespacial celebraba el impecable lanzamiento de dos naves hacia Marte para una misión de la NASA, su cotización en bolsa se desplomaba sin contemplaciones. El viernes, las acciones perdieron más del 5% en el mercado extrabursátil, continuando una tendencia negativa que ya había supuesto una caída de casi el 10% durante la jornada del jueves. Esta divergencia entre logros técnicos y desempeño financiero tiene su explicación en las preocupaciones sobre el futuro inmediato de la empresa.

El contexto del desplome
Los inversores han reaccionado con notable frialdad ante el reciente éxito de Rocket Lab. El jueves 13 de noviembre despegaron con rumbo a Marte dos sondas espaciales desarrolladas íntegramente por la compañía, marcando un hito en la exploración interplanetaria. La misión ESCAPADE de la NASA, que estudiará la magnetosfera marciana, representa sin duda un triunfo tecnológico. Sir Peter Beck, fundador de la empresa, no ocultó su satisfacción: "Estamos acercando Marte a la Tierra y demostrando que la ciencia interplanetaria puede realizarse de forma más rápida y económica". El tiempo de desarrollo de solo tres años y medio para ambas sondas constituye un récord en misiones de este calibre.
Sin embargo, el entusiasmo científico no se ha trasladado a Wall Street. Tres factores principales han influido en la reacción negativa del mercado: la revisión a la baja por parte de analistas, la presión generalizada en el sector y, especialmente, los retrasos acumulados en el programa de desarrollo de cohetes.
El verdadero desafío: el programa Neutron
El proyecto Neutron se ha convertido en el principal foco de preocupación para los inversores. Este lanzador de mayores dimensiones, clave para competir con actores como SpaceX, tenía originalmente previsto su vuelo inaugural para finales de 2025. Sin embargo, la compañía ha comunicado recientemente que el primer lanzamiento se retrasará hasta 2026, especificando que el cohete no llegará a la plataforma hasta el primer trimestre de ese año. Este contratiempo frena significativamente las expectativas de crecimiento a medio plazo.
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La situación se complica con las dificultades en otro proyecto estratégico. El desarrollo de 17 satellites para Globalstar, en colaboración con MDA Space, también está experimentando retrasos. En un mercado tan competitivo y con requerimientos de capital tan elevados como el espacial, estos problemas de calendario erosionan la credibilidad de la empresa ante la comunidad inversora.
Resultados sólidos, pero insuficientes
Lo más llamativo de esta situación es que Rocket Lab presentó el 10 de noviembre unos resultados trimestrales extraordinarios. Los ingresos del tercer trimestre alcanzaron los 155 millones de dólares, un incremento del 48% interanual que superó todas las estimaciones de los analistas. La previsión para el último trimestre del año, entre 170 y 180 millones de dólares, parecía igualmente prometedora.
Pero estas cifras positivas no han sido suficientes para calmar a los mercados. Los inversores están penalizando con mayor severidad los retrasos en Neutron que premiando los buenos resultados operativos actuales. Técnicamente, la acción ha caído por debajo de varios promedios móviles clave y ha recibido una calificación de "Strong Sell".
Próximos pasos para la recuperación
El domingo 16 de noviembre está programado un nuevo lanzamiento, esta vez de un cohete HASTE que transportará una carga gubernamental clasificada desde las instalaciones de la NASA en Virginia. Aunque importante, esta operación difícilmente revertirá la tendencia negativa por sí sola.
El futuro inmediato de Rocket Lab en los mercados dependerá fundamentalmente de su capacidad para acelerar el desarrollo de Neutron y evitar nuevos retrasos. Mientras tanto, la sombra de la incertidumbre seguirá pesando sobre su cotización, demostrando que en el mundo de la inversión, a veces el futuro cuenta más que los éxitos presentes, incluso cuando estos incluyen llegar a Marte.
