El gigante tecnológico Nvidia se encuentra inmerso en la operación corporativa más importante de su trayectoria. Un consorcio liderado por la compañía pretende adquirir Aligned Data Centers, operador de centros de datos, por la astronómica cifra de 40.000 millones de dólares. Este movimiento estratégico coincide con importantes contratos y opiniones favorables de analistas que están impulsando el valor de sus acciones. Surge entonces la pregunta inevitable: ¿estamos ante el inicio de una nueva fase alcista o el entusiasmo desmedido por la IA está llegando a su punto máximo?

Wall Street respalda con fuerza a Nvidia
El entusiasmo en la comunidad financiera es palpable. HSBC ha mejorado recientemente su calificación para las acciones de Nvidia, pasando de "Mantener" a "Comprar", argumentando un potencial de mercado "en constante expansión" para los chips de inteligencia artificial. Este cambio de perspectiva se produce poco después de que un destacado analista de Cantor Fitzgerald elevara significativamente su precio objetivo para el valor.
Paralelamente, la compañía continúa diversificando su oferta comercial. El nuevo DGX Spark System, presentado como "el superordenador de IA más compacto del mundo", busca democratizar el acceso a hardware de alto rendimiento, permitiendo que equipos de desarrollo más modestos puedan competir en este sector.
No obstante, en medio de este panorama optimista, una transacción ha captado la atención de los inversores más observadores: el CEO Jensen Huang ha vendido 225.000 títulos valorados en más de 41 millones de dólares.
Alianza estratégica para dominar la infraestructura crítica
El megacuerdo anunciado el miércoles revela la determinación de Nvidia por controlar toda la cadena de valor de la inteligencia artificial. Junto a BlackRock, el fondo tecnológico emiratí MGX y Microsoft, el fabricante de chips ha creado la "Artificial Intelligence Infrastructure Partnership". Esta poderosa coalición pretende hacerse con el control de más de 50 centros de datos distribuidos por todo el continente americano.
La operación, que debería completarse durante el primer semestre de 2026, otorgará a Nvidia acceso directo a las ubicaciones físicas consideradas cruciales para el desarrollo de la revolución de la IA. La estrategia va más allá del suministro de componentes: la empresa aspira a gestionar la infraestructura completa, desde los semiconductores hasta las instalaciones de procesamiento.
En otro frente, una noticia paralela ha generado expectación: Nscale, startup británica respaldada por Nvidia, ha conseguido una ampliación contractual con Microsoft que incluye aproximadamente 200.000 unidades de GPU, entre las que se encuentran la última generación GB300. Las primeras entregas están programadas para comenzar en el tercer trimestre de 2026.
La prueba de fuego se acerca en noviembre
Todo apunta al 19 de noviembre como fecha decisiva para la compañía. Ese día, Nvidia hará públicos sus próximos resultados trimestrales, momento en el que deberá demostrar que el boom de la inteligencia artificial se está traduciendo en beneficios económicos tangibles.
Con más del 90% de las recomendaciones de los analistas situándose en "Comprar", las expectativas están depositadas sobre la mesa. El verdadero interrogante que planea sobre el mercado es si la realidad corporativa estará a la altura de tan optimistas pronósticos.
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