Mientras Microsoft celebra su conferencia Ignite en San Francisco, un análisis contundente pone en duda la rentabilidad de las enormes inversiones en inteligencia artificial generativa que está realizando la compañía. El momento no podría ser más delicado: justo cuando el CEO Satya Nadella ensalza desde el escenario las capacidades futuras de la empresa en este campo, un influyente analista financiero rebaja su recomendación sobre el valor.

La cruda realidad de los números
Alexander Haissl, analista de Rothschild & Co Redburn, ha modificado su calificación para Microsoft de "Comprar" a "Neutral", reduciendo simultáneamente su precio objetivo de 560 a 500 dólares. El núcleo de su argumentación se centra en la economía de la infraestructura de IA, que considera "significativamente más débil de lo previsto".
Según sus cálculos, el despliegue de unidades de procesamiento gráfico (GPUs) para aplicaciones de inteligencia artificial requiere aproximadamente seis veces más capital que los servicios tradicionales en la nube para generar el mismo valor. La comparación es elocuente: cada dólar invertido en IA generativa produciría solo unos 20 centavos de valor actual neto, frente a los 1,40 dólares que generan los proyectos establecidos en la nube.
"Es momento de adoptar una postura más cautelosa hacia los hiperscaladores", advierte Haissl, cuestionando la narrativa predominante en el sector que presenta la IA generativa como un desarrollo similar "a los inicios de la nube".
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Un contrapunto en el peor momento posible
La advertencia llega en un momento especialmente significativo: este martes, coincidiendo con el inicio de la conferencia Ignite que se extenderá hasta el 21 de noviembre, Microsoft pretende demostrar su liderazgo en inteligencia artificial mediante la presentación de nuevas funcionalidades para Azure y sus servicios Copilot.
La compañía arrastraba hasta ahora un impulso positivo, con unos resultados del último trimestre que mostraban un crecimiento de ingresos del 18% en el primer trimestre del año fiscal 2026, destacando especialmente el avance del 40% en los ingresos de Azure. Sin embargo, estas mismas inversiones masivas en centros de datos y capacidad de GPU son las que ahora generan escepticismo sobre su rentabilidad futura.
El camino por delante
La atención del mercado se concentra ahora en el desarrollo de la conferencia Ignite, donde los inversores esperan obtener respuestas concretas sobre las estrategias de monetización de las tecnologías de inteligencia artificial. El siguiente examen crucial llegará a finales de enero de 2026, con la publicación de los próximos resultados trimestrales, que deberán demostrar la capacidad de Microsoft para transformar sus multimillonarias inversiones en IA en beneficios sostenibles.
Aunque la acción de Microsoft acumula una revalorización anual de aproximadamente un 20%, superando al mercado general, la reciente fase de consolidación refleja las dudas incipientes. Si la empresa no logra demostrar pronto que las inversiones en inteligencia artificial pueden generar rentabilidades comparables a las de su negocio tradicional en la nube, es probable que otros analistas sigan el ejemplo y reconsideren sus valoraciones.
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