El mercado financiero ha reaccionado con notable escepticismo ante la reciente junta de accionistas de Tesla, donde se aprobó uno de los paquetes compensatorios más ambiciosos en la historia corporativa para Elon Musk. Paradójicamente, el respaldo mayoritario a la propuesta no impidió que las acciones experimentaran una significativa caída, continuando con la tendencia bajista que arrastra la compañía.

Un plan billonario y avances en China
Durante la asamblea celebrada en Austin, los accionistas respaldaron con más del 75% de los votos el nuevo plan de compensación para el director ejecutivo. Este acuerdo, que teóricamente podría alcanzar un valor de un billón de dólares, establece objetivos extraordinariamente ambiciosos: Tesla necesitaría multiplicar su capitalización bursátil desde los actuales 1,5 billones hasta alcanzar la astronómica cifra de 8,5 billones de dólares.
En el ámbito tecnológico, Musk anunció avances concretos para el sistema de conducción autónoma. Según sus declaraciones, la tecnología Full Self-Driving (FSD) podría recibir la aprobación regulatoria completa en China para febrero o marzo de 2026. "Contamos con una autorización parcial en China y esperamos obtener la aprobación total alrededor de febrero o marzo", afirmó el CEO. Este hito representaría un avance crucial para la empresa en el mercado de vehículos eléctricos más importante a nivel global.
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El mercado responde con dudas
La respuesta del mercado contrasta marcadamente con el aparente optimismo de los anuncios. El viernes, las acciones de Tesla registraron una pérdida de casi el 4%, profundizando la reciente tendencia negativa. Los inversores manifiestan abiertamente sus reservas sobre la capacidad de la empresa para cumplir con objetivos de crecimiento que muchos consideran desmesurados.
La autorización en China representa otro punto de incertidumbre. Aunque numerosos clientes chinos ya han pagado aproximadamente 9.000 dólares por la función FSD, la tecnología permanece significativamente más limitada que su versión estadounidense. La pregunta que surge entre los analistas es si esta aprobación será suficiente para competir eficazmente contra la cada vez más sólida competencia local.
Perspectivas para el próximo trimestre
La verdadera prueba de fuego para Tesla llegará en el cuarto trimestre, cuando la compañía presente sus próximos resultados trimestrales. Estos datos revelarán si la empresa está superando los actuales desafíos en producción y ventas. Mientras tanto, las acciones permanecen en un estado de incertidumbre, balanceándose entre las visiones futuristas de Musk y las realidades competitivas del mercado.
La cuestión central que enfrentan los inversores es determinar si el castigo infligido por el mercado está justificado o si, por el contrario, el pionero tecnológico conseguirá superar las expectativas. La respuesta podría llegar antes de lo previsto: las próximas semanas de negociación mostrarán si los inversores están dispuestos a creer en la historia del billón de dólares.
