El año bursátil de Alphabet ha sido excepcional, superando con claridad a la mayoría de las "Siete Magníficas". Sin embargo, en los niveles de cotización actuales, los inversores institucionales muestran posturas diametralmente opuestas. Unos optan por asegurar beneficios, mientras que otros apuestan con fuerza por el futuro de la inteligencia artificial y la conducción autónoma, con la vista puesta en 2026.

Una divergencia estratégica clara
Las últimas declaraciones de posiciones relevantes revelan una fascinante división en el mercado. Por un lado, Charles Schwab Trust Co ha incrementado su exposición en Alphabet en un extraordinario 434,5%, una compra agresiva que demuestra una firme convicción en la capacidad del gigante tecnológico para monetizar con éxito su costosa infraestructura de IA.
En el extremo contrario, Clarius Group redujo su cartera en casi un 24%. Tras una revalorización de aproximadamente el 70% desde principios de año, algunos actores están recogiendo ganancias. Esta discrepancia plantea la pregunta clave para los mercados: ¿se ha agotado el potencial de crecimiento a corto plazo o, por el contrario, el gran salto impulsado por la inteligencia artificial está aún por llegar?
La mirada se dirige al gasto de capital
El enfoque de los analistas está virando desde los meros ingresos hacia la asignación de capital. Tras superar la barrera de los 100.000 millones de dólares en ventas en el tercer trimestre, los inversores se preparan para un 2026 de gran intensidad de capital. Las previsiones apuntan a unos gastos de inversión (CapEx) de entre 90.000 y 95.000 millones de dólares. Estos fondos se destinarán principalmente a centros de datos de IA y a sus procesadores especializados (TPUs), con el objetivo de defender su liderazgo tecnológico.
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Paralelamente, la compañía busca solucionar el desafío energético para sus próximos modelos de IA, como Gemini 3. La reciente adquisición de Intersect, anunciada el 22 de diciembre, pretende garantizar a largo plazo el suministro eléctrico para sus masivas necesidades de capacidad de cálculo.
Waymo: la apuesta oculta
Más allá del negocio principal, la subsidiaria de conducción autónoma, Waymo, gana protagonismo. Los informes sobre una posible ronda de financiación con una valoración entre 100.000 y 110.000 millones de dólares sugieren que podrían liberarse reservas de valor latentes. Los analistas perciben la transición de Waymo de proyecto de investigación a generador de ingresos como un posible motor de revalorización que no estaría plenamente reflejado en el precio actual de la acción.
A pesar de los riesgos regulatorios en la UE, especialmente derivados de la Ley de Mercados Digitales, el altamente rentable negocio publicitario sigue proporcionando el colchón financiero necesario para sufragar internamente estas apuestas de futuro.
Perspectivas: la cita de finales de enero
Desde un análisis técnico, la acción libra una batalla en la zona de los 313 dólares, considerándose los 330 dólares como el siguiente nivel de resistencia significativo. Fundamentalmente, la atención se centrará a finales de enero de 2026, cuando Alphabet publique los resultados de su cuarto trimestre. En esa fecha, los inversores examinarán con lupa las previsiones de márgenes del equipo directivo, ya que las crecientes amortizaciones por las inversiones en IA podrían presionar progresivamente los estados financieros.
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