Durante la jornada del jueves, las acciones del fabricante de vehículos eléctricos se hundieron casi un 8%, rozando en algún momento el nivel psicológico de los 400 dólares. Los inversores se preguntan si esta fuerte caída anuncia un declive más prolongado.

Un giro estratégico que impacta al mercado
Resulta especialmente significativo el movimiento realizado por Cathie Wood, la reconocida inversora que durante años había sido una de las principales defensoras de Tesla. A través de su firma ARK Invest, ha reducido sustancialmente su posición en la compañía mediante ventas distribuidas a lo largo de cuatro días consecutivos de negociación, por un valor total que supera los 64 millones de dólares.
El 7 de noviembre, sus fondos se desprendieron de más de 71.000 títulos, operación a la que siguieron, pocos días después, la venta de otras 70.000 acciones. Este cambio de postura indica un reenfoque de su estrategia hacia empresas de inteligencia artificial y semiconductores. Para Tesla, la salida de un inversor institucional de este calibre supone la pérdida de un tradicional pilar de apoyo.
El desafío chino: datos preocupantes
La situación se complica con las últimas cifras de ventas en China. Las entregas de octubre registraron un descenso interanual del 36%, un dato que apunta hacia lo que sería el primer retroceso anual de Tesla en el mercado de vehículos eléctricos más importante del mundo. Esto representa un serio revés para su fábrica de Shanghái, considerada una de las joyas productivas del grupo.
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Las ventas de coches fabricados localmente en China cayeron casi un 10%, evidenciando la intensificación de la competencia con fabricantes locales como BYD, que están ganando terreno con fuerza.
Una valoración que genera dudas
A pesar de las recientes pérdidas, los indicadores de valoración de Tesla continúan en niveles extremos. Su ratio precio-beneficio prospectivo se sitúa en 216, lo que significa que los inversores están pagando 216 veces los beneficios esperados. Una prima tan elevada puede volverse en su contra con facilidad ante cualquier señal negativa.
Los resultados del tercer trimestre mostraron ingresos récord, pero con márgenes que no cumplieron las expectativas. Esta debilidad incrementa la vulnerabilidad de la acción a nuevas oleadas vendedoras.
Desde una perspectiva chartista, Tesla se encuentra en un momento clave. Si no consigue sostener el soporte de los 400 dólares, podría iniciar un camino hacia la zona de los 365 a 350 dólares. Con un descenso de aproximadamente el 12% desde sus máximos anuales y una volatilidad que supera el 50% en una perspectiva de 30 días, el valor se mantiene como un activo de alto riesgo y actualmente es el que peor comportamiento presenta en el índice Nasdaq 100.
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