El valor de Opendoor está viviendo uno de los momentos más volátiles desde su salida a bolsa. En lo que va de 2025, la compañía tecnológica inmobiliaria ha registrado una subida espectacular que supera el 447%, atrayendo la atención de inversores con alta tolerancia al riesgo. Sin embargo, detrás de este movimiento especulativo se esconde una transformación profunda en el modelo de negocio.

Un giro estratégico radical
La empresa está abandonando progresivamente su actividad principal de compra directa de viviendas (iBuying), un modelo que consume grandes cantidades de capital. Su nueva apuesta se centra en el desarrollo de una plataforma impulsada por inteligencia artificial y gestionada por agentes inmobiliarios. Este cambio de rumbo supone una jugada arriesgada en un mercado tan complejo como el inmobiliario.
Los primeros indicios de esta transición comienzan a verse. Las colaboraciones establecidas con agentes del sector ya muestran resultados alentadores: el número de clientes que reciben una oferta de compra final se ha duplicado. La pregunta que permanece en el aire es si estos avances serán suficientes para garantizar la viabilidad a largo plazo.
Resultados financieros: luces y sombras
El análisis de los últimos informes trimestrales presenta dos caras muy diferenciadas de la situación financiera de Opendoor:
Segundo trimestre de 2025 - Aspectos positivos:
* Ingresos: 1.570 millones de dólares (un incremento interanual del 3,7%)
* EBITDA ajustado: 23 millones de dólares positivos (primer resultado positivo desde 2022)
* Pérdida neta: Contenida en 29 millones de dólares
Tercer trimestre de 2025 - Perspectivas menos optimistas:
* Previsión de ingresos: Caída pronunciada hasta un rango entre 800 y 875 millones de dólares
* EBITDA ajustado: Se anticipa que volverá a terreno negativo
La influencia de Jane Street: ¿respaldo institucional o movimiento especulativo?
El 25 de septiembre, la firma de trading Jane Street Group generó un notable impacto en los mercados al anunciar la adquisición de una participación del 5,9% en la compañía. Esta operación podría interpretarse como un voto de confianza por parte de un actor institucional. No obstante, numerosos gestores de fondos de cobertura mantienen sus críticas sobre los fundamentos del modelo de negocio.
Los indicadores de rentabilidad revelan la delicada situación actual. Los magros márgenes brutos del 8,1%, combinados con un margen EBIT del -4,6% y un retorno sobre el capital de los accionistas profundamente negativo (-39,35%), evidencian las dificultades que Opendoor enfrenta para alcanzar la rentabilidad. La situación se agrava al considerar que la ratio de deuda total sobre capital se sitúa en 3,46, un nivel que genera preocupación.
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