El gigante del comercio electrónico chino Alibaba vuelve a estar en el punto de mira. Tras unos decepcionantes resultados trimestrales, es ahora el Departamento de Defensa de Estados Unidos el que genera nueva inquietud entre los inversores. Con el precio de la acción a la baja, surge la pregunta clave: ¿se convertirá la incertidumbre geopolítica en un lastre permanente para su ofensiva en inteligencia artificial, o representa este retroceso una oportunidad de compra?
Un panorama financiero ya complicado
El contexto para estas noticias ya era delicado. A finales de noviembre, los resultados del último trimestre sorprendieron negativamente al mercado. El beneficio por acción se situó muy por debajo de las expectativas, con una desviación del aproximadamente 24% respecto a las previsiones, lo que supuso un jarro de agua fría en Wall Street.
Este desplome en los beneficios tiene una explicación estratégica. Las cuantiosas inversiones en infraestructura de IA, sumadas a las elevadas pérdidas en el segmento de "Quick Commerce" (comercio ultrarrápido), están erosionando los márgenes de forma significativa. Además, la dirección de la compañía moderó las expectativas sobre una rápida aceleración del crecimiento de su división en la nube, alejando a los inversores más orientados al corto plazo.
La advertencia del Pentágono
A este escenario se suma ahora un factor de riesgo político. La última fuente de incertidumbre proviene de un informe que indica que el Pentágono pretende incluir a Alibaba en su lista conocida como "Section 1260H". Este registro identifica a empresas que, presuntamente, mantienen vínculos con el ejército chino.
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Aunque esta medida no implicaría una prohibición comercial inmediata, actúa como una señal de alerta masiva para las empresas e inversores estadounidenses, disuadiéndoles de realizar operaciones con el conglomerado. Alibaba ha rechazado rápidamente estas acusaciones, subrayando que no persigue ninguna estrategia de carácter militar. No obstante, los mercados han reaccionado con recelo ante este incremento del riesgo político, que ensombrece aún más el sentimiento.
La presión sobre la cotización es evidente
La combinación de estos dos factores —el político y el financiero— está ejerciendo una presión tangible sobre el valor. La acción ha caído recientemente por debajo de su media móvil de 50 días, un nivel técnico muy seguido que se situaba en torno a los 143 euros, y cotiza actualmente a 138,40 euros.
Sin embargo, es importante poner las cosas en perspectiva. A pesar de esta corrección reciente, la acción mantiene a fecha de hoy un sólido avance interanual (YTD) de más del 67%. Este dato sugiere que la tendencia alcista a largo plazo no se ha quebrado por completo.
¿Optimismo fundamentado o espejismo?
Pese a este panorama nublado, numerosos analistas mantienen una visión fundamentalmente optimista. Su tesis se basa en que el mercado está subestimando el potencial del negocio en la nube y el papel de liderazgo que Alibaba desempeña en el desarrollo de modelos de IA dentro de China. De hecho, algunos inversores institucionales y fondos de cobertura aprovecharon los precios más bajos del último trimestre para aumentar sus posiciones.
Los próximos meses serán cruciales. Los inversores observarán con atención dos eventos: si el Pentágono finalmente materializa su advertencia, y si Alibaba, en su próximo informe previsto para febrero de 2026, logra demostrar que sus costosas apuestas en inteligencia artificial empiezan finalmente a dar sus frutos.
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