El mundo de los semiconductores se encuentra en estado de shock. Una alianza estratégica entre los dos mayores rivales de AMD, Intel y Nvidia, ha irrumpido en el panorama, creando una nueva dinámica de presión competitiva. Mientras las acciones de Intel reciben la noticia con euforia, los inversores observan con preocupación el desempeño de AMD. ¿Se encuentra la empresa, hasta ahora en ascenso, contra las cuerdas?

Una jugada estratégica que redefine el mercado
El acuerdo entre estos dos colosos de la tecnología promete reconfigurar el equilibrio de poder en la industria de los chips. El movimiento central implica una inversión de cinco mil millones de dólares por parte de Nvidia en Intel, con la que se asegura aproximadamente un cuatro por ciento del antiguo líder del sector. Sin embargo, el núcleo del pacto es una asociación de desarrollo de varios años de duración.
El foco se sitúa en el lucrativo negocio de los centros de datos, un dominio clave para los chips para servidores EPYC y los aceleradores de IA Instinct de AMD. En este ámbito, Intel se encargará de fabricar CPUs x86 personalizadas para Nvidia. Estos procesadores están diseñados para integrarse de forma perfecta en las plataformas de infraestructura de inteligencia artificial de Nvidia, utilizando su tecnología propietaria NVLink. La ambición es clara: crear un sistema unificado que combine la experiencia en IA de Nvidia con el ecosistema x86 de Intel. La colaboración también se extiende al mercado de PCs, donde las empresas planean desarrollar conjuntamente sistemas en chip (SoCs) x86 con gráficos Nvidia RTX.
¿Deberían los inversores vender inmediatamente? ¿O vale la pena comprar AMD?
Las áreas de crecimiento de AMD, en el punto de mira
Esta colaboración no es aleatoria; apunta directamente a los segmentos de negocio más prometedores para AMD. En el sector de centros de datos, de altos márgenes, AMD había estado ganando cuota de mercado a Intel con sus procesadores EPYC y su serie MI300. Precisamente, la MI300 era considerada un rival serio capaz de desafiar la dominancia de los aceleradores de IA de Nvidia. Esta nueva alianza pone en tela de juicio esas ambiciones.
De forma paralela, la ventaja de AMD en chips integrados (APUs) para portátiles y dispositivos de gaming portátiles también se ve amenazada. Es exactamente en este frente donde impacta el desarrollo planificado de SoCs x86 de Intel con gráficos Nvidia. AMD se ve así forzada a librar una batalla en dos frentes separados de forma simultánea.
La incógnita de la respuesta de AMD
Toda la atención se dirige ahora hacia la reacción que tendrá AMD. La próxima actualización trimestral de la compañía, prevista para el 4 de noviembre de 2025, se espera con una expectación inusual. La gran pregunta es cómo el equipo de liderazgo de la CEO Lisa Su planea contrarrestar esta nueva y formidable amenaza. ¿Podrá la empresa aprovechar sus ventajas tecnológicas y la solidez de su ecosistema para hacer frente a esta alianza recién creada?
Los analistas se verán obligados a recalibrar sus previsiones para AMD. La narrativa predominante, que describía a la empresa como un actor ascendente que arrebataba cuota de mercado a dos gigantes establecidos, queda ahora en entredicho. La competencia en el mercado de los semiconductores acaba de entrar en una fase nueva y mucho más impredecible.
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