Los últimos datos del mercado estadounidense, el más importante para el fabricante de vehículos eléctricos, han encendido todas las alarmas. Las entregas de Tesla en noviembre cayeron en picado, alcanzando su nivel más bajo en casi cuatro años. Este preocupante desempeño operativo contrasta violentamente con la todavía estratosférica valoración bursátil de la compañía, sugiriendo que las recientes maniobras estratégicas de Elon Musk podrían no estar dando los resultados esperados.
Un desplome que cuestiona las tácticas comerciales
Según las cifras publicadas por la firma Cox Automotive, Tesla solo logró vender 39.800 unidades en Estados Unidos durante el mes de noviembre. Esta cifra representa una caída de casi un 23% en comparación con el mismo mes del año anterior y constituye el peor registro mensual desde enero de 2022.
El contexto hace que este retroceso sea especialmente significativo. Apenas en octubre, la empresa había lanzado versiones "Estándar" más económicas de sus Model Y y Model 3, con el claro objetivo de contrarrestar la pérdida del incentivo fiscal federal de 7.500 dólares. La estrategia consistía en recortar los precios en aproximadamente 5.000 dólares respecto a los modelos base anteriores para estimular la demanda. Sin embargo, los resultados indican que el plan no está funcionando como se proyectaba.
El fantasma de la canibalización y la presión en Europa
Los analistas del sector apuntan a un problema de fondo: las nuevas variantes de bajo precio no están atrayendo a un público sustancialmente nuevo, sino que están "canibalizando" las ventas de las versiones más premium y caras. Stephanie Valdez Streaty, de Cox Automotive, subraya que la demanda por los modelos estándar es simplemente insuficiente para compensar las pérdidas generadas.
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Un indicio claro de la débil acogida es que Tesla ya está ofreciendo una financiación al 0% para el Model Y Estándar, un vehículo que lleva apenas un mes en el mercado. La situación tampoco es halagüeña al otro lado del Atlántico: en Francia, las matriculaciones de la marca se hundieron casi un 60% en noviembre.
Una valoración bursátil bajo la lupa
Esta debilidad fundamental en el negocio central choca de frente con una valoración en Bolsa extremadamente elevada. La acción cotiza con un ratio precio-beneficio (PER) que supera los 300. Críticos como el inversor Michael Burry, famoso por "The Big Short", no dudan en tildar la acción de "ridículamente sobrevalorada". El tono cauteloso también gana terreno entre los analistas; Morgan Stanley rebajó recientemente su recomendación sobre el valor, citando las incertidumbres que rodean al negocio de los robotaxis.
Actualmente, el mercado trata a Tesla principalmente como una empresa de tecnología e inteligencia artificial, lo que sustenta su enorme capitalización de mercado de 1,4 billones de dólares. No obstante, mientras la mayor parte de sus ingresos siga dependiendo de la venta de automóviles, la discrepancia entre un volumen de ventas a la baja y unas expectativas de futuro desbordantes crea un riesgo considerable.
El título cotiza actualmente a 380,25 euros, lo que la sitúa casi un 17% por debajo de su máximo del último año. Para Tesla, el año 2026 se perfila como una prueba de fuego decisiva. Sin nuevos modelos de volumen y ante una competencia cada vez más agresiva que ofrece vehículos asequibles y bien equipados, la compañía deberá demostrar que es capaz de defender su liderazgo en el sector.
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