Tras un desplome del 33% en noviembre, la acción de Rocket Lab USA ha mostrado signos de recuperación, cerrando este martes con una subida del 3,8% hasta los 41,90 dólares. Sin embargo, la incertidumbre persiste entre los inversores: ¿ha terminado la corrección o estamos ante una simple pausa? Los nervios en el mercado tienen fundamento, a pesar de los récords de ingresos y los contratos de prestigio que la empresa ha logrado.
La valoración, un lastre persistente
El tercer trimestre del 2025 fue, en teoría, excepcional para Rocket Lab. Los ingresos alcanzaron los 155 millones de dólares, un incremento del 48% que superó las expectativas. Además, la pérdida por acción se situó en -0,03 dólares, mejor de lo previsto. A pesar de estos datos, la reacción bursátil fue negativa. Desde su máximo de casi 74 dólares en octubre, el título inició una fuerte caída.
El núcleo del problema es su elevada valoración. Con un ratio precio-ventas de aproximadamente 40, la compañía se cotiza unas 13 veces por encima del promedio sectorial, que es de 3,1. Los analistas, utilizando modelos de flujo de caja descontado, estiman un valor razonable de solo 37,91 dólares por acción, lo que sugiere que aún hoy podría estar sobrevalorada en un 11%. Los números rojos profundizan esta preocupación: el margen neto es del -35,64% y el rendimiento sobre el capital (ROE) del -27,26%. Para el ejercicio completo, el consenso de analistas anticipa una pérdida de 0,38 dólares por acción.
Venta de insiders y el dilema de los grandes fondos
Un factor que alimenta la desconfianza es la actividad vendedora de los ejecutivos de la empresa. En los últimos tres meses, los insiders han vendido aproximadamente 5,57 millones de acciones, por un valor total de 274 millones de dólares. El director financiero, Adam C. Spice, por ejemplo, se deshizo de casi 47.000 títulos a finales de noviembre. Su participación colectiva se ha reducido al 11,9% del capital, un dato que algunos interpretan como falta de fe en el futuro inmediato.
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Frente a esto, los inversores institucionales mantienen una exposición masiva, con el 71,78% de las acciones. No obstante, varios fondos importantes ajustaron sus posiciones durante el tercer trimestre, reflejando visiones divergentes sobre el rumbo de la compañía.
Todo se juega en el lanzamiento del cohete Neutron
El futuro de Rocket Lab, y por ende de su cotización, depende críticamente del éxito de su cohete Neutron. Este sistema de lanzamiento reutilizable de clase media está programado para su vuelo inaugural en el primer trimestre de 2026. Analistas de Cantor Fitzgerald lo consideran la "única alternativa realista actual a la Falcon 9" de SpaceX. La integración vertical de la empresa y adquisiciones estratégicas, como la de Geost, la posicionan bien para contratos lucrativos en el sector de defensa y seguridad.
Pero este también es el mayor foco de riesgo. Cualquier retraso significativo en el programa Neutron o un exceso de costos podría dañar irreversiblemente la confianza de los inversores. La competencia es feroz: Blue Origin logró recientemente reutilizar un propulsor orbital con su cohete New Glenn, mientras SpaceX, con más de 300 aterrizajes exitosos de su Falcon 9, sigue dominando el mercado. Incluso actores chinos, como LandSpace, están ganando terreno rápidamente.
División de opiniones en Wall Street
La comunidad analística muestra un panorama fragmentado. La recomendación promedio es "Compra Moderada", con un precio objetivo medio de 58,17 dólares, pero las discrepancias son notorias:
- Stifel Nicolaus es muy optimista, con un objetivo de 75 dólares.
- Cantor Fitzgerald también es alcista, fijando su meta en 72 dólares.
- Citigroup adopta una postura neutral.
- Weiss Ratings recomienda directamente vender la acción.
Esta divergencia encapsula la duda fundamental: ¿el potencial de crecimiento justifica una valoración tan astronómica, o se avecina otra corrección dolorosa? Rocket Lab demuestra solidez operativa con contratos como el de JAXA para dos misiones dedicadas y los 18 lanzamientos exitosos de su cohete Electron en 2025. Sin embargo, la prueba de fuego para cumplir con las altísimas expectativas del mercado llegará definitivamente en 2026.
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