El fabricante de soluciones de hidrógeno Plug Power se encuentra inmerso en una transformación estratégica de gran calado. El objetivo ya no es el crecimiento a cualquier precio, sino alcanzar la rentabilidad, un giro que pretende materializarse a través de su plan de austeridad denominado "Project Quantum Leap". Aunque un reciente contrato con la NASA avala su capacidad tecnológica, los inversores siguen enfrentándose a dos problemas principales: las abultadas pérdidas y la amenaza de una dilución inminente de su participación.
Un balance que aún sangra
Más allá de ciertos avances operativos y de una cierta estabilización en su cotización —que actualmente se sitúa en 2,07 dólares por acción—, la situación financiera de la compañía es delicada. Los resultados del tercer trimestre de 2025 no dejan lugar a dudas sobre la urgencia de su reestructuración:
- Pérdida neta en el tercer trimestre: 363,5 millones de dólares.
- Pérdida acumulada en los nueve primeros meses: 789 millones de dólares.
- Ingresos totales en ese mismo periodo: 485 millones de dólares.
- Margen bruto: Se mantiene en territorio negativo.
La dirección mantiene su compromiso de lograr un margen bruto equilibrado para finales de 2025 y de generar un EBITDA positivo en la segunda mitad de 2026.
El oxígeno financiero llega con condiciones
Para garantizar la continuidad operativa, Plug Power llevó a cabo en noviembre de 2025 una importante inyección de liquidez. Una ronda de financiación, que incluyó la emisión de bonos convertibles por valor de 375 millones de dólares, le proporcionó unos fondos netos de 399 millones de dólares.
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Con este capital, la empresa ha saldado por completo sus deudas más prioritarias y declara que su plan de negocio actual está completamente financiado. Esta maniobra pretende calmar la principal inquietud del mercado: la elevada tasa de consumo de efectivo. La nueva estrategia se centra en un modelo más eficiente, con el que espera ahorrar entre 150 y 200 millones de dólares anuales, priorizando las áreas de negocio con mayor margen.
Motores de crecimiento y el sello de calidad de la NASA
En el ámbito operativo, hay dos focos de optimismo. Por un lado, el negocio de los electrolizadores se consolida como un pilar de crecimiento. En los primeros nueve meses de 2025, los ingresos de este segmento aumentaron un 61%, hasta los 124 millones de dólares, representando ya aproximadamente una cuarta parte de la facturación total. Proyectos internacionales en el Reino Unido, Francia y Namibia están impulsando esta tendencia.
Por otro lado, un contrato de prestigio con la NASA refuerza su credibilidad tecnológica. Plug Power suministrará hidrógeno líquido a centros de investigación de la agencia espacial estadounidense hasta noviembre de 2030. Aunque el volumen económico del acuerdo es modesto —alrededor de 2,8 millones de dólares—, actúa como un valioso aval de la calidad de sus productos para aplicaciones de alta exigencia.
La cita clave de enero: votación por la dilución
El próximo 15 de enero de 2026 se perfila como una fecha crucial para los accionistas. En una junta general extraordinaria, se someterá a votación la propuesta de duplicar el número de acciones ordinarias autorizadas, de 1.500 millones a 3.000 millones. Dado que en la actualidad queda disponible menos del 0,4% de las acciones autorizadas para nuevas emisiones, esta medida es vital para que la empresa pueda captar capital fresco en el futuro. No obstante, un voto a favor supondría para los accionistas actuales asumir el riesgo de una dilución significativa de sus participaciones.
Esta compleja situación divide a los analistas. Mientras algunos, preocupados por los persistentes problemas de rentabilidad, recomiendan vender, otros aún vislumbran potencial alcista, con objetivos de precio que llegan hasta los 7,00 dólares. El precio objetivo promedio consensuado por el mercado se sitúa, por ahora, en 2,80 dólares por acción.
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