En un movimiento que sorprendió a muchos observadores, la acción cerró con una caída del 3,6%, situándose en 186,86 dólares. Este retroceso se produjo en un contexto de ventas generalizadas dentro del sector de la inteligencia artificial y apenas cinco días antes de que la compañía haga públicos sus resultados trimestrales, previstos para el 19 de noviembre.

El optimismo analítico choca con la realidad del mercado
Resulta paradójico que esta corrección ocurriera el mismo día en que varias firmas de análisis reforzaban su confianza en el valor. La firma Oppenheimer mantuvo su recomendación de "Outperform" y estableció un precio objetivo de 265 dólares por acción. En una línea similar, Susquehanna mostró un notable optimismo, elevando su pronóstico desde 210 hasta 230 dólares.
La justificación de estos analistas se centra en la anticipación de un informe trimestral sólido. Sus expectativas se basan en la demanda persistente de infraestructuras de IA y en el inicio de la producción de la plataforma GB300. Sin embargo, el mercado no respondió a estas señales positivas. El volumen de negociación, significativamente alto, sugiere que un gran número de inversores optó por tomar beneficios antes del anuncio de resultados, un fenómeno conocido como "earning-call".
Anuncios estratégicos en un día volátil
A pesar de la turbulencia bursátil, Nvidia no pasó desapercibida en el ámbito corporativo. La compañía realizó dos anuncios estratégicos de gran calado. En colaboración con Siemens, presentó un conjunto tecnológico para la "fabricación impulsada por IA", que integra la plataforma Xcelerator de Siemens con la tecnología Omniverse de Nvidia. El objetivo de esta alianza es desarrollar gemelos digitales avanzados para el sector industrial.
Quizás más ambicioso fue el segundo anuncio. Nvidia reveló su intención de lanzar, a partir de finales de 2026, la línea de productos "Vera Rubin". Esta iniciativa supone un cambio de modelo, ya que la empresa ofrecerá sistemas de servidor completamente preensamblados, que incluirán CPUs, GPUs y sistemas de refrigeración. Esta estrategia le permitiría capturar una porción mayor de la cadena de valor, aunque también implica asumir riesgos al reducir la dependencia de sus socios OEM tradicionales.
La cita del miércoles: un momento decisivo
La atención del mercado financiero se concentra ahora en el miércoles 19 de noviembre. Después del cierre de la sesión, Nvidia hará públicos los datos correspondientes a su tercer trimestre del ejercicio fiscal 2026. Las previsiones son extraordinariamente altas: el consenso de analistas proyecta unos ingresos en torno a los 54.600 millones de dólares, un impulso que atribuyen principalmente al auge de los centros de datos de inteligencia artificial.
Los fundamentos que sostienen la narrativa alcista a largo plazo para Nvidia permanecen inalterados. La adopción de la IA y la expansión de los centros de datos continúan a un ritmo acelerado. La inmensa mayoría de los analistas mantiene sus recomendaciones de "Compra" o "Compra Firme". No obstante, a corto plazo, la incertidumbre y la prudencia han ganado terreno. En cuestión de días, se despejará la incógnita sobre si Nvidia conseguirá disipar las dudas con sus resultados o, por el contrario, avivará la nerviosidad reinante en el mercado.
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