La acción del principal fabricante mundial de chips para inteligencia artificial ha vivido días de volatilidad. Los inversores reaccionaron con nerviosismo ante informaciones que señalaban que Meta, uno de los clientes más importantes de Nvidia, podría comenzar a utilizar procesadores de Google. Pese a la presión inicial, el valor cerró la semana en 181,34 dólares, manteniendo su condición de empresa cotizada más valiosa del planeta. ¿Representa esto una auténtica amenaza para su hegemonía?
La fortaleza de Nvidia persiste pese a los rumores
Aunque el martes la cotización cayó hasta los 177,68 dólares, registrando una caída del 2,6%, la recuperación fue notable. En la sesión del viernes, que fue más corta, la acción remontó hasta los 181,34 dólares, mostrando una clara resiliencia y distanciándose de los mínimos semanales que rondaron los 175 dólares. Este repunte se produjo en sintonía con un sólido comportamiento del S&P 500, que finalizó cerca de sus máximos históricos.
La capitalización de mercado de Nvidia se mantiene en un impresionante nivel de 4,35 billones de dólares, consolidando su liderazgo frente a Apple (4,1 billones) y Alphabet (3,9 billones). Su ratio precio-beneficio (P/E) se sitúa aproximadamente en 44,65, una valoración que solo se justifica con la expectativa de un crecimiento elevado y sostenido en el tiempo.
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El origen de la turbulencia: una posible alianza tecnológica
Según un reportaje publicado por The Information, Meta se encuentra en negociaciones con Google para la adquisición de sus Unidades de Procesamiento Tensorial (TPUs). Estos chips personalizados compiten directamente con las unidades de procesamiento gráfico (GPUs) que comercializa Nvidia. La noticia alertó inmediatamente a la comunidad inversora, ya que un posible cambio de uno de sus mayores compradores hacia hardware alternativo podría indicar una grieta en el dominio casi absoluto de Nvidia en este mercado.
El temor principal reside en que los chips personalizados de Google puedan ganar terreno en el ámbito de la inferencia de IA, un segmento clave que hasta ahora ha estado dominado por la oferta de Nvidia para centros de datos.
Análisis del riesgo: ¿preocupación inmediata o desafío a largo plazo?
La rápida recuperación del precio de la acción sugiere que los inversores están interpretando las conversaciones entre Meta y Google más como un factor de observación a futuro que como un peligro inminente. Por el momento, el ecosistema de Nvidia, respaldado por su plataforma de software CUDA y su profunda integración con las principales aplicaciones de inteligencia artificial, sigue sin tener un rival que le haga sombra. La incógnita que se plantean los analistas es por cuánto tiempo más se mantendrá esta situación de clara ventaja competitiva.
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