El jueves será recordado como un día histórico para Nvidia, el coloso de los chips de inteligencia artificial, cuya acción alcanzó un precio sin precedentes de 192,57 dólares. Este hito llega impulsado por una revisión espectacular en el precio objetivo por parte de un analista de Wall Street, que ahora sitúa sus expectativas en 300 dólares por acción. Sin embargo, este panorama optimista se ve matizado por el endurecimiento de los controles chinos sobre las importaciones de semiconductores.
Un optimismo sin límites en Wall Street
La confianza de los analistas hacia Nvidia parece no conocer techo. C.J. Muse, de Cantor Fitzgerald, ha causado conmoción en el mercado al elevar su precio objetivo para la compañía desde 240 hasta 300 dólares, estableciendo así la proyección más ambiciosa de toda Wall Street. Para este experto, Nvidia continúa siendo su elección principal dentro del sector de hardware para IA.
Las previsiones de Muse destacan por su audacia: anticipa ganancias de 8 dólares por acción para 2026 y 11 dólares para 2027, cifras que superan ampliamente los consensos establecidos por Wall Street, situados en 6,26 y 7,36 dólares respectivamente. El analista fundamenta su postura en la fase incipiente de lo que denomina la "construcción de infraestructura de IA valorada en billones de dólares", afirmando que Nvidia no solo nació para liderar esta carrera tecnológica, sino que mantiene un ritmo superior al de todos sus competidores.
El desafío del mercado chino
Mientras los inversores celebran los nuevos récords, en China se desarrolla un escenario complejo. Según revelaciones de Financial Times, las autoridades de Pekín han intensificado significativamente la supervisión de las importaciones de chips estadounidenses. Los funcionarios de aduanas están realizando inspecciones rigurosas, centrándose inicialmente en los modelos H20 y RTX Pro 6000D de Nvidia.
Estas medidas de control se han extendido progresivamente hasta abarcar todos los productos semiconductores avanzados que potencialmente podrían violar las restricciones de exportación estadounidenses. Esta situación evidencia la persistente tensión geopolítica, incluso a pesar de los esfuerzos de Nvidia por desarrollar versiones de sus chips adaptadas a la normativa china.
Alianzas estratégicas que fortalecen el liderazgo
Un pilar fundamental para el futuro crecimiento de Nvidia reside en su colaboración estratégica con OpenAI. El acuerdo, anunciado en septiembre, contempla el despliegue de sistemas Nvidia con una capacidad mínima de 10 gigavatios, acompañado de una inversión potencial de hasta 100.000 millones de dólares por parte del fabricante de chips en la empresa de inteligencia artificial.
Esta alianza permitirá a OpenAI operar sus propios centros de datos a hiperescala, reduciendo así su dependencia de proveedores externos. La fase inicial de esta colaboración está programada para comenzar durante la segunda mitad de 2026, utilizando la plataforma Vera Rubin de Nvidia.
El respaldo mayoritario de los analistas
A pesar de los desafíos regulatorios en China, el sentimiento predominante en Wall Street hacia Nvidia sigue siendo abrumadoramente positivo. De los 38 analistas que cubren la compañía, 35 mantienen recomendaciones de compra, mientras que solo uno aconseja vender. El precio objetivo promedio se sitúa en 219,86 dólares, lo que implica un potencial de revalorización superior al 15% desde los niveles actuales.
Esta trayectoria alcista refleja la confianza generalizada en la posición dominante que ocupa Nvidia dentro del proceso de construcción de infraestructura para IA. La empresa ha logrado integrar una plataforma completa que abarca computación, redes, sistemas y software, creando lo que los analistas consideran una ventaja competitiva sostenible a largo plazo.
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