La acción de Meta se encuentra bajo una presión creciente debido a una convergencia de desafíos legales, cambios en su gobierno corporativo y cuestionamientos sobre la integridad de su negocio publicitario. Los inversores observan cómo la compañía navega este complejo escenario.
Una sentencia europea que cuestiona el modelo de negocio
Una decisión judicial con implicaciones para toda la Unión Europea ha surgido desde Austria. El Tribunal Supremo austriaco ha declarado ilegal la publicidad personalizada de Meta cuando se despliega sin el consentimiento explícito del usuario. El fallo, que es ejecutable en todo el bloque comunitario, ordena a la empresa conceder al demandante, el activista Max Schrems, acceso completo a sus datos personales recopilados antes del 31 de diciembre de 2025.
Meta intentó defender la confidencialidad de la información alegando que constituía un secreto comercial, argumento que el tribunal rechazó. Esta resolución pone en entredicho el pilar fundamental del negocio publicitario de la tecnológica en Europa, basado en la segmentación precisa, y le impone un plazo perentorio para adaptarse.
Cuestionamientos sobre la calidad y el origen de la publicidad
En paralelo, una investigación periodística de Reuters ha arrojado dudas sobre los controles internos de la plataforma. Según documentos internos a los que habría tenido acceso la agencia, Meta habría permitido ingresos publicitarios procedentes de China por aproximadamente 3.000 millones de dólares anuales, a pesar de saber que dichos ingresos se originaban en actividades fraudulentas. Esta cifra representaría cerca del 19% de los ingresos por publicidad de la compañía en esa región.
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Estas revelaciones no solo impactan en la percepción de la calidad del inventario publicitario, sino que también generan serias interrogantes sobre los protocolos de cumplimiento normativo de la empresa, erosionando la confianza de los anunciantes.
Movimientos en el consejo y ajuste en perspectivas de análisis
En el ámbito de la gobernanza, la salida sorpresiva e inmediata de Dina Powell McCormick del consejo de administración ha introducido un elemento de inestabilidad. Nombrada en abril de 2025, la exasesora de la administración Trump deja su puesto, que Meta ha decidido no cubrir de momento.
Desde el lado del análisis financiero, el experto de Wedbush, Scott Devitt, ajustó el pasado 19 de diciembre su precio objetivo para la acción de Meta, reduciéndolo de 920 a 880 dólares. Es importante destacar que mantuvo su recomendación de "Outperform" (Rendimiento Superior). En el mercado, el valor cotiza en una fase de consolidación técnica alrededor de los 660 dólares, cerrando su última sesión en 658,77 dólares.
Perspectiva a corto plazo: Optimismo con cautela
El panorama inmediato para Meta está cargado de desafíos operativos. La sentencia austriaca establece un reloj en cuenta regresiva, con un plazo de ejecución que vence en once días. Simultáneamente, las acusaciones de publicidad fraudulenta demandan una respuesta contundente para restaurar la credibilidad.
A pesar de estos nubarrones, el consenso analítico se mantiene predominantemente favorable. De 71 evaluaciones recogidas, un 92% mantiene una recomendación de "Comprar", con un precio objetivo medio situado en 832,50 dólares. El verdadero test para la compañía será demostrar en los próximos trimestres su capacidad para adaptarse al cambiante marco regulatorio europeo y fortalecer de manera tangible los controles sobre su ecosistema publicitario global.
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