El mes de diciembre ha arrancado con fuertes vientos en contra para Nvidia. A pesar de presentar unos resultados trimestrales históricos, el valor del gigante de los semiconductores se ha desplomado, evidenciando cómo las tensiones geopolíticas pueden eclipsar incluso los fundamentos más sólidos. El detonante: las autoridades chinas habrían ordenado a ByteDance, la empresa matriz de TikTok, que deje de utilizar chips de Nvidia en sus nuevos centros de datos.
Un golpe directo a una fuente clave de ingresos
La medida, reportada por varios medios, no es una restricción más. Supone una escalada significativa en la estrategia china de alcanzar la autosuficiencia tecnológica y apunta directamente a uno de los clientes más importantes de Nvidia en el ámbito de la inteligencia artificial. ByteDance es un peso pesado global en el desarrollo de IA, por lo que la intervención directa de los reguladores de Pekín amenaza un flujo de negocio crucial para la compañía estadounidense.
Este movimiento hace parecer insuficientes los acuerdos previos. Según informaciones, la administración del expresidente Trump habría negociado en agosto un marco que permitía a Nvidia vender ciertos chips en China a cambio de una participación en los ingresos. Sin embargo, la última decisión dirigida contra las propias tecnológicas chinas podría dejar sin valor ese complejo camino diplomático.
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Los récords operativos se topan con el miedo en el mercado
La paradoja es evidente. Los números publicados por Nvidia para su tercer trimestre fiscal son extraordinarios. La empresa alcanzó unos ingresos récord de 57.000 millones de dólares, lo que representa un crecimiento interanual del 62%. Su segmento de centros de datos, motor principal del negocio, superó todas las expectativas con 51.200 millones de dólares.
No obstante, en Wall Street prima la aversión al riesgo geopolítico. El temor a que la compañía quede atrapada en la pulseada tecnológica entre Washington y Pekín, y pueda perder el acceso a un mercado clave, ha pesado más que los excelentes resultados. La cotización ha reflejado esta ansiedad: en los últimos 30 días, la acción ha retrocedido aproximadamente un 13,27%, cerrando el último viernes a 152,28 euros.
El consenso analítico apuesta por la resiliencia
Frente a este panorama y a los rumores de una posible "burbuja de la IA", la mayoría de los analistas mantienen una visión constructiva. Para muchos, la corrección actual se percibe más como una oportunidad de compra que como el inicio de un declive estructural. Mientras el consejero delegado, Jensen Huang, enfatiza las oportunidades en "IA soberana" y automatización industrial, el precio objetivo promedio que proyectan los expertos se mantiene muy por encima de los niveles actuales.
Ahora, la atención del mercado se desplaza hacia la próxima reunión de la Reserva Federal estadounidense, prevista para el 10 de diciembre. Una posible decisión de recortar los tipos de interés podría inyectar el optimismo necesario para que, al menos a corto plazo, las preocupaciones geopolíticas pasen a un segundo plano.
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