¿Está Intel a punto de sorprender a todos sus detractores? Durante años, el gigante estadounidense de semiconductores fue considerado el gran perdedor en la carrera por la tecnología de fabricación moderna, especialmente después de que Apple, uno de sus clientes más emblemáticos, decidiera desarrollar sus propios diseños. Sin embargo, un reciente rumor ha sacudido Wall Street y ha hecho temblar a los inversores pesimistas: ¿Podría la compañía de la manzana estar considerando volver? El escenario parece casi demasiado bueno para ser cierto, pero las evidencias de un giro espectacular se multiplican.
Un impulso inesperado para la cotización
El viernes siguiente al Día de Acción de Gracias, las acciones de Intel experimentaron una explosión alcista, registrando un impresionante aumento del 11,48% hasta alcanzar los 35,16 euros. Este repunte se enmarca dentro de una notable recuperación: desde principios de año, el valor se ha revalorizado más de un 78%.
El detonante de este movimiento fue un informe del prestigioso analista Ming-Chi Kuo, cuya opinión tiene un peso significativo en el sector tecnológico. Según su análisis, la probabilidad de que Intel vuelva a ser un socio de fabricación para Apple se ha "mejorado significativamente". Los rumores sugieren que Apple no solo habría firmado un acuerdo de confidencialidad, sino que ya estaría obteniendo acceso a la avanzada tecnología de proceso "18A" de Intel.
Una oportunidad estratégica para el negocio de fundición
Para Intel, este potencial acuerdo llegaría en el momento perfecto. Bajo el liderazgo del CEO Lip-Bu Tan, la compañía se esfuerza por hacer rentable su división de fundición, es decir, la fabricación de chips para terceros. Hasta ahora, esta área ha estado lastrada por pérdidas millonarias y la ausencia de grandes clientes externos.
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La materialización de un contrato con Apple no solo inyectaría liquidez, sino que también tendría un encaje político perfecto. Respaldaría la estrategia "Made in USA" del gobierno, que ya apoya a Intel con subvenciones millonarias para reducir la dependencia del líder asiático TSMC. Técnicamente, Intel está apostando por nuevos métodos de suministro eléctrico en el chip (PowerVia), que prometen aumentar drásticamente la eficiencia, un factor crítico para los dispositivos móviles de Apple.
Se especula que la colaboración se concretaría en la producción de los procesadores M para iPads y MacBook Air a partir de 2027. De cerrarse, no sería un simple pedido, sino la validación definitiva de la nueva hoja de ruta tecnológica de Intel.
Entre el optimismo y la prudencia
A pesar del entusiasmo desatado en el mercado, los expertos aconsejan cautela. Subrayan que aún no existe un contrato firmado y que el inicio de una producción a gran escala se proyecta para dentro de varios años. Esta incertidumbre explica por qué la mayoría de los analistas mantienen sus recomendaciones de "Mantener" o "Vender" sobre la acción.
El mercado, no obstante, ha premiado inmediatamente este destello de esperanza. La pregunta que flota en el ambiente es si este impulso marcará el inicio de una era de crecimiento sostenido para Intel o si se tratará tan solo de un fuego fugaz. La respuesta dependerá únicamente de la capacidad de la compañía para cumplir con las altas expectativas técnicas que ha generado de aquí a 2026.
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