La sesión del jueves dejó una de esas estampidas bursátiles que marcan a cualquier valor tecnológico. Las acciones de D-Wave Quantum protagonizaron una volatilidad extrema inmediatamente después de publicar sus cifras trimestrales, que superaron todas las previsiones. Lo que comenzó como una celebración en los mercados rápidamente se transformó en una severa corrección.
Una reacción en dos actos
El movimiento fue tan vertiginoso como contradictorio. En un primer impulso, el título llegó a dispararse un 9,4% durante la jornada, aprovechando el optimismo inicial. Sin embargo, esa euforia resultó efímera. No solo cedió todas las ganancias, sino que terminó cerrando con una caída del 8,5%. Esta dramática reversión ilustra a la perfección la dualidad que enfrentan los inversores: entre datos de crecimiento espectaculares y la cruda realidad de sus pérdidas operativas.
Los ingresos trimestrales alcanzaron los 3,7 millones de dólares, duplicando con creces las cifras del mismo periodo del año anterior y superando ampliamente los 3,0 millones que esperaban los analistas.
• Crecimiento intertrimestral del 8% respecto al segundo trimestre
• Ingresos brutos que se multiplicaron por 2,56 hasta los 2,67 millones de dólares
• Volumen de negocio que se duplicó hasta los 3,7 millones de dólares
La preocupante contrapartida
Detrás del impresionante crecimiento en ventas se esconde una situación financiera que genera serias dudas. D-Wave Quantum registró unas pérdidas netas según principios GAAP de 140 millones de dólares, equivalentes a 0,41 dólares por acción. Esta cifra contrasta violentamente con los 22,7 millones de dólares perdidos en el trimestre equivalente del año anterior.
Aunque 121,9 millones de estas pérdidas corresponden a cargas no monetarias por warrants, las pérdidas operativas también mostraron una tendencia preocupante al ascender hasta los 27,7 millones. La viabilidad del modelo de negocio a largo plazo se convierte así en la gran incógnita.
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El impulso transatlántico
El mercado europeo emerge como un pilar fundamental para la estrategia de crecimiento de la compañía. Un acuerdo con el gobierno italiano por valor de 10 millones de euros garantiza a D-Wave Quantum la utilización del 50% de la capacidad de su ordenador cuántico Advantage2™ durante los próximos cinco años.
Esta colaboración con una institución de investigación en Lombardía supone una validación significativa de su tecnología de quantum annealing en el ámbito gubernamental. Simultáneamente, la empresa mantiene una alianza con Davidson Technologies en Alabama para desarrollar proyectos cuánticos destinados a aplicaciones federales estadounidenses.
Valoración en territorio de ciencia ficción
Los múltiplos de valoración desafían cualquier parámetro tradicional. Con una capitalización bursátil de 10.600 millones de dólares y unos ingresos de apenas 22,3 millones en los últimos doce meses, el ratio precio-venta se sitúa en la estratosfera de 476.
Estas cifras solo pueden justificarse anticipando un crecimiento exponencial y una rentabilidad futura masiva. No obstante, la posición de efectivo de 836 millones de dólares —que representa un incremento del 2.757% interanual— proporciona a la compañía un colchón financiero para varios años de operaciones.
El escepticismo se filtra entre los analistas
La cobertura analítica mantiene formalmente un consenso positivo: los diez analistas que siguen el valor recomiendan compra o compra fuerte. Sin embargo, se detectan señales de cautela creciente con cuatro revisiones a la baja de sus estimaciones de beneficio por acción en los últimos noventa días. El precio objetivo promedio se establece en 26,30 dólares, por debajo incluso de los niveles actuales de cotización.
La burbuja de expectativas alrededor del quantum computing ha propulsado el valor en aproximadamente un 2.700% durante los últimos doce meses, superando con creces cualquier inversión tecnológica convencional. Pero la actividad volátil observada esta semana confirma que los inversores están operando en un campo minado especulativo donde cualquier noticia puede desencadenar movimientos sísmicos.
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