Un nuevo frente regulatorio se abre en Estados Unidos y tiene en el punto de mira a las compañías de vacunas de ARNm. Un memorando interno de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) ha desatado una ola de ventas en el sector, poniendo especialmente contra las cuerdas a la biotecnológica alemana BioNTech. La polémica surge en un momento de cambio político que amenaza con enfriar el panorama para los fabricantes.
Un documento interno desencadena la venta
El origen de la turbulencia es un escrito confidencial de Vinay Prasad, director del Centro de Evaluación e Investigación Biológica (CBER) de la FDA. Según el documento, filtrado a The Washington Post, diez fallecimientos de menores podrían estar vinculados a las vacunas contra la COVID-19. La información se basa en los registros del sistema VAERS.
Aunque los especialistas del sector insisten en que no existen pruebas concluyentes de una relación causal directa, el daño en el mercado ya está hecho. Los inversores han reaccionado con nerviosismo. La cotización de BioNTech ha sufrido una fuerte presión, mientras que su rival estadounidense Moderna ha registrado caídas aún más pronunciadas. El texto también adelanta posibles modificaciones normativas unilaterales y un endurecimiento de los requisitos para la aprobación de vacunas, un escenario que alarma a los tenedores de acciones.
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El viraje político en Washington
Este revés no es un hecho aislado, sino un síntoma de una transformación más profunda en la política sanitaria estadounidense. Bajo la influencia de los asesores del Secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., se vislumbra un giro radical. Los debates actuales sobre la posible eliminación de vacunaciones infantiles rutinarias y el nombramiento del conocido escéptico de las vacunas, Martin Kulldorff, para un cargo gubernamental clave, son señales claras de un entorno futuro más hostil para las farmacéuticas.
La huida de los inversores institucionales
La pérdida de confianza se materializa en los movimientos de los grandes capitales. Un ejemplo contundente es la drástica reducción de posición por parte de Scotia Capital, que se ha deshecho de más del 77% de su participación en BioNTech. Esta maniobra es interpretada como un indicio pesimista sobre las perspectivas a medio plazo.
El gráfico de la acción refleja esta incertidumbre. Desde que comenzó el año, el valor se ha depreciado más de un 26%, sin encontrar un soporte sólido. Los inversores están pasando por alto datos fundamentales positivos, como una reciente mejora en la previsión de ingresos y un balance sólido, para concentrarse casi exclusivamente en el riesgo regulatorio.
Una fusión clave en medio de la tormenta
En el centro de esta crisis, hoy se cierra un capítulo crucial. El plazo para aceptar la oferta de adquisición de CureVac finaliza a las 15:00 horas (CET). Aunque se da por segura la aprobación de los accionistas, el éxito estratégico de esta operación queda ahora ensombrecido por los temores regulatorios provenientes de Estados Unidos. La incógnita principal es si BioNTech podrá diversificar su cartera de productos con la suficiente rapidez para reducir su dependencia de las políticas de vacunación norteamericanas.
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