La empresa neerlandesa ASML, pilar fundamental en la fabricación de semiconductores avanzados, se enfrenta a nuevas acusaciones que podrían ensombrecer su privilegiada posición en el mercado. Un reportaje de investigación del programa Nieuwsuur ha puesto el foco en posibles desvíos de su tecnología hacia entidades vinculadas al ejército chino, desafiando los estrictos controles de exportación. Para los inversores, el caso plantea una pregunta incómoda: ¿está su rentabilidad a merced de la geopolítica?
Fundamentos sólidos frente a la volatilidad
Más allá de los titulares, los cimientos operativos de ASML demuestran una notable robustez. Un claro ejemplo es su agresivo programa de recompra de acciones, que actúa como un colchón ante la incertidumbre. Tan solo entre el 1 y el 5 de diciembre de 2025, la compañía destinó aproximadamente 180 millones de euros a readquirir alrededor de 190.881 títulos propios.
Esta política de apoyo al precio, sumada a la demanda estructural impulsada por la inteligencia artificial, explica que la acción, cotizando cerca de los 950,00 euros, mantenga una revalorización interanual (YTD) cercana al 39%. El comportamiento de los grandes fondos refuerza esta visión de confianza a largo plazo. Aunque Fayez Sarofim & Co recortó marginalmente su participación un 0,8% en el segundo trimestre, el movimiento se interpreta como una toma de beneficios técnica y no como una pérdida de fe en el negocio.
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El meollo de las acusaciones
Los hallazgos periodísticos apuntan a dos transacciones concretas realizadas en 2024. En primer lugar, se señala el suministro de "componentes esenciales" al 24º Instituto de Investigación de CETC, un conglomerado estatal chino con desarrollos en sistemas de misiles y vehículos aéreos no tripulados.
En segundo lugar, la investigación afirma que una máquina de litografía Deep-UV (DUV) fue entregada a la Shenzhen International Quantum Academy. Analistas independientes han alertado de que esta tecnología podría ser utilizada, de forma indirecta, para fines militares como la detección de submarinos mediante sensores cuánticos.
La respuesta de ASML no se hizo esperar. La firma con sede en Veldhoven ha rechazado categóricamente cualquier irregularidad, afirmando cumplir escrupulosamente con toda la normativa de exportación. Según su versión, los componentes citados son piezas genéricas de modelos antiguos que no requieren licencias especiales. Además, la empresa ha remarcado que la evaluación de riesgos para la seguridad nacional corresponde en última instancia a las autoridades gubernamentales, no a los proveedores privados.
Perspectiva: ¿Un freno al crecimiento?
El principal riesgo para el valor no son las acusaciones en sí, sino su potencial consecuencia: un endurecimiento regulatorio. La dirección mantiene sus previsiones para 2025, con un crecimiento de ingresos estimado en torno al 15%, alimentado por la expansión global de la infraestructura para IA. El consenso del mercado sugiere que, siempre que el marco legal no cambie, estos drivers fundamentales seguirán pesando más que las polémicas sobre envíos del pasado. La balanza entre tecnología y geopolítica define ahora su trayectoria.
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