La compañía neerlandesa ASML, pieza clave en la industria global de semiconductores, navega actualmente en aguas contradictorias. Por un lado, la explosión de la inteligencia artificial genera una demanda sin precedentes de sus equipos más avanzados. Por el otro, se cierne la amenaza de una drástica reducción de su negocio en China, un mercado que representa una parte sustancial de sus ingresos. El equilibrio entre estas dos fueras opuestas definirá el futuro próximo del gigante tecnológico.

Resultados trimestrales: Un balance con claroscuros
El último informe financiero de ASML presenta un escenario complejo para los inversores. La empresa alcanzó un volumen de negocio de 7.500 millones de euros, cumpliendo con sus propias previsiones aunque situándose ligeramente por debajo de lo estimado por los analistas. Sin embargo, la compañía ofreció una sorpresa positiva en cuanto a rentabilidad, con un beneficio neto de 2.100 millones de euros que superó holgadamente las expectativas consolidadas sobre el beneficio por acción.
Esta combinación de datos generó inicialmente un comportamiento alcista en la negociación previa a la apertura del mercado, aunque no logró disipar las dudas sobre la capacidad de la empresa para manejar los desafíos que se avecinan.
El motor de la IA: Un colchón contra la incertidumbre
El verdadero termómetro del momento actual lo marcan los pedidos, y aquí ASML presenta datos excepcionales. Las reservas netas del tercer trimestre ascendieron a 5.400 millones de euros, superando ampliamente las proyecciones del mercado. Este robusto portafolio de encargos está directamente vinculado a las inversiones masivas que se están realizando a nivel global en infraestructuras dedicadas a la inteligencia artificial.
Un dato particularmente relevante es la abrumadora demanda de sus sistemas EUV (luz ultravioleta extrema), que representaron 3.600 millones de euros del total de pedidos. Estas máquinas, las más sofisticadas del portafolio de ASML, son componentes indispensables para fabricar los chips de última generación que requiere el desarrollo de aplicaciones de IA.
La espada de Damocles del mercado chino
A pesar del optimismo que generan los pedidos, una nube de incertidumbre planea sobre las perspectivas a medio plazo. La dirección de ASML ha alertado sobre lo que califica como una "caída significativa" en sus ventas a China para el año 2026. Esta advertencia es especialmente preocupante si se considera que, solo en el tercer trimestre, el mercado chino representó el 42% de las ventas netas de sistemas de la empresa.
El impacto potencial de este declive justifica la actitud prudente que mantienen muchos inversores sobre la acción. Como proveedor líder de equipos para la fabricación de semiconductores, ASML se encuentra en una posición especialmente vulnerable ante las crecientes tensiones geopolíticas entre Estados Unidos, Europa y China.
No obstante, las previsiones para el cierre del año fiscal muestran un horizonte más alentador. ASML anticipa que sus ingresos netos en el cuarto trimestre se situarán entre 9.200 y 9.800 millones de euros. Además, la empresa ha hecho hincapié en que, para 2026, los ingresos totales no deberían caer por debajo del nivel previsto para 2025. Este pronóstico sugiere que la compañía confía en que el crecimiento en otras regiones geográficas podría contrarrestar el previsible retroceso en el mercado chino.
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