En un reciente evento para inversores, la empresa neerlandesa ASML, especialista en equipos de litografía para semiconductores, ha presentado una hoja de ruta ambiciosa para la próxima década. El mensaje central es inequívoco: la inteligencia artificial actuará como el principal propulsor que podría llevar a la compañía a dimensiones nunca antes vistas. La proyección más audaz apunta a alcanzar unos ingresos anuales de hasta 60.000 millones de euros para el año 2030.

Una posición de mercado sin parangón
La base de este optimismo se sustenta en la tecnología de litografía de ultravioleta extremo (EUV), de la cual ASML es el único proveedor a nivel mundial. Esta ventaja tecnológica coloca a la empresa en una posición de dominio absoluto dentro de la cadena de suministro de semiconductores. Fabricantes clave como TSMC y Samsung dependen de estos sistemas avanzados para producir los chips de alto rendimiento que requiere la revolución de la IA.
Durante su intervención, el consejero delegado Christophe Fouquet destacó: "Nuestra capacidad para escalar la tecnología EUV durante la próxima década sitúa a ASML en una posición ideal para capitalizar la oportunidad que representa la inteligencia artificial". Se prevé que el negocio relacionado con EUV crezca a un ritmo anual de entre el 10% y el 25% hasta 2030.
El mercado se reconfigura impulsado por la IA
El análisis de mercado presentado por la compañía refleja un cambio de paradigma. Se estima que el mercado global de semiconductores superará la barrera del billón de dólares en 2030. De forma paralela, el segmento de servidores para IA alcanzará por sí solo los 350.000 millones de dólares.
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Un ajuste significativo en las previsiones subraya esta tendencia: ASML ha revisado al alza su pronóstico de crecimiento anual para los centros de datos, pasando del 13% al 18%. Esto convierte a esta área en el mercado de más rápido crecimiento, dejando atrás a sectores tradicionalmente fuertes como los teléfonos inteligentes o la electrónica de consumo.
Solidez financiera y retorno para el accionista
La confianza del mercado se materializó con una apreciación inmediata de las acciones de ASML tras el evento. El director financiero, Roger Dassen, aportó un mayor nivel de detalle a las perspectivas, anticipando unos ingresos anuales en un rango de 44.000 a 60.000 millones de euros para finales de la década, acompañados de márgenes brutos del 56% al 60%.
La empresa también reafirmó su compromiso con la estrategia de retorno de capital a los accionistas. Esto se traduce en la expectativa de dividendos en aumento y continuos programas de recompra de acciones, lo que refuerza el atractivo de la inversión a largo plazo.
La trayectoria alcista de la cotización, a pesar de las volatilidades puntuales, demuestra que los inversores están validando la visión a largo plazo. La cuestión clave ya no es si ASML se beneficiará de la transformación impulsada por la IA, sino la velocidad a la que lo hará y si este crecimiento será lo suficientemente sostenible para materializar sus ambiciosos objetivos para 2030.
