El panorama de los semiconductores vive momentos de intensa ebullición, y Advanced Micro Devices (AMD) se encuentra en el centro de la escena. Dos movimientos estratégicos recientes, ambos de gran calado, han captado la atención de los analistas y podrían reconfigurar el tablero del sector.
La geopolítica como catalizador de alianzas inesperadas
Un factor crucial está impulsando estas maniobras: la creciente presión para relocalizar la fabricación de chips en suelo estadounidense. La dependencia de fundiciones asiáticas, como TSMC en Taiwán, es vista cada vez más como una vulnerabilidad estratégica. Este contexto explica el rumbo que podrían estar tomando conversaciones que, hasta hace poco, parecían imposibles.
El sorpresivo acercamiento con Intel
Según informaciones publicadas por Semafor, AMD y su archirrival Intel se encontrarían en etapas iniciales de negociación para una colaboración estratégica. El punto central de estos diálogos sería la posibilidad de que Intel se convierta en un fabricante de chips para AMD.
La ironía de esta situación es innegable. Durante décadas, ambas compañías han librado una feroz batalla por el dominio del mercado de CPUs. Sin embargo, las reglas del juego están cambiando. Hoy, la competencia en el mercado final no necesariamente impide la cooperación en la cadena de suministro. El mercado reaccionó con fuerza a este rumor, impulsando las acciones de Intel con un alza superior al 3,5%.
IBM apuesta por la tecnología de AMD para impulsar la IA
Paralelamente a estos rumores, AMD ha concretado un logro significativo. Este miércoles, la compañía e IBM anunciaron una alianza de varios años destinada a beneficiar a la empresa de inteligencia artificial Zyphra. Como parte de este acuerdo, IBM desplegará una cantidad significativa de aceleradores Instinct MI300X de AMD dentro de su infraestructura en la nube, IBM Cloud.
Este despliegue representa el primer clúster de entrenamiento de IA de esta envergadura dedicado específicamente a esta tarea dentro de la plataforma de IBM. Para AMD, este contrato trasciende el de un simple pedido comercial; es un asalto directo al casi monopolio de Nvidia en el lucrativo mercado de la inteligencia artificial. Que un gigante tecnológico de la talla de IBM confíe en la solución de AMD envía un mensaje contundente al resto de la industria: existen alternativas viables y potentes a la oferta de Nvidia.
AMD parece estar navegando con destreza este nuevo ecosistema, donde los rivales de ayer pueden ser los socios de mañana. La combinación de un contrato sólido con IBM y la potencial diversificación de su fabricación con Intel podría dejar a la empresa en una posición de fuerza inédita.
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