El valor de AMD se enfrenta a un escrutinio creciente en medio del frenesí por la IA. Una serie de factores, que incluyen señales más débiles del segmento de infraestructura, cambios geopolíticos y una competencia más feroz entre los hiperescaladores, están obligando a los inversores a reevaluar sus tesis de inversión. La cuestión central es si la compañía podrá mantener su posición como la principal alternativa a Nvidia en este campo.

Un cambio de ciclo que sacude los cimientos
El reciente impulso vendedor responde a una rotación sectorial que está alejando capital de los valores semiconductores impulsados por la IA. Los resultados y perspectivas decepcionantes de actores clave de tecnología e infraestructura han sembrado dudas sobre la sostenibilidad a corto plazo del boom inversor en inteligencia artificial.
Dos casos son paradigmáticos: Oracle y Broadcom. Oracle no cumplió con las expectativas de ingresos, al mismo tiempo que anunció un incremento en sus gastos de capital (Capex) por 15.000 millones de dólares. Esto alimenta el temor de que el masivo gasto en infraestructura para IA esté creciendo más rápido que su monetización real.
Por su parte, Broadcom avivó el escepticismo. Aunque sus beneficios superaron las estimaciones, su directora financiera, Kirsten Spears, advirtió de posibles presiones en los márgenes brutos si la mezcla de productos se inclina más hacia soluciones de IA orientadas a sistemas. Los observadores interpretan esto como una señal negativa para la rentabilidad en toda la cadena de valor de la IA, lo que perjudica a acciones con elevadas valoraciones como AMD.
A estos elementos se suman factores estructurales de peso:
* La Casa Blanca ha relajado las restricciones a la exportación, permitiendo ahora a Nvidia enviar sus chips H200 a China. Esto supone un revés directo para las esperanzas de AMD de ganar cuota como proveedor alternativo en ese mercado.
* Hiperescaladores como Microsoft (con Maia) y Amazon (con Trainium) avanzan en el desarrollo de sus propios aceleradores de IA, lo que a largo plazo podría reducir su dependencia de los proveedores tradicionales de GPUs.
El gráfico refleja esta incertidumbre: la acción cotiza aproximadamente un 20% por debajo de su máximo de finales de octubre y cerca de un 19% por debajo de su media móvil de 50 días. No obstante, mantiene una apreciación significativa de más del 50% desde comienzos de año.
El pilar del software: la ventaja competitiva de Nvidia
Este punto está intrínsecamente ligado al debate sobre las plataformas de software: ROCm de AMD frente a CUDA de Nvidia. AMD mejora continuamente su software, pero CUDA mantiene una clara ventaja con efectos de red formidables: innumerables bibliotecas, herramientas y una base de desarrolladores masiva.
Migrar código de CUDA a ROCm es un proceso complejo y costoso. Los equipos solo suelen dar este paso cuando se ven obligados, ya sea por escasez de capacidad de Nvidia o por ventajas de coste hardware significativas. Si el factor escasez desaparece, también lo hace el incentivo para invertir en esa migración. Esto es lo que hace tan delicada para AMD la actual flexibilización de las exportaciones de Nvidia.
Acciones de AMD: ¿Comprar, mantener o vender? Descarga gratuita de tu análisis de AMD - Obtén la respuesta que andabas buscando.
El relato de "proveedor alternativo" pierde fuerza
El principal argumento de inversión en IA para AMD se ha basado históricamente en la escasez. La lógica era simple: si Nvidia no puede atender a todos los clientes debido a cuellos de botella en la cadena de suministro, y las restricciones a China limitan aún más el acceso, la demanda se desviaría naturalmente hacia los aceleradores MI325X de AMD.
Este relato del "proveedor alternativo" ahora se tambalea. La decisión del gobierno estadounidense de reabrir el mercado chino a Nvidia le quita a AMD viento en las velas precisamente en el mercado que se consideraba su mayor oportunidad de crecimiento adicional. Grandes proveedores de la nube chinos, como Alibaba o Tencent, ya muestran preferencia por el ecosistema de Nvidia.
Con un acceso más fácil al hardware de Nvidia, disminuye la presión para trasladar cargas de trabajo a la arquitectura de AMD. Así, el poderoso motor de la "diversificación forzosa" pierde parte de su impulso.
Las CPU EPYC: la base de estabilidad del negocio
Sin embargo, AMD no depende exclusivamente del negocio de la IA. Su división de CPUs para servidores, con los procesadores EPYC, continúa mostrando un rendimiento sólido y mantiene el liderazgo tecnológico en el segmento de alto rendimiento, donde Intel sigue sin poder cerrar la brecha de manera decisiva.
Esta fortaleza en CPUs actúa como un ancla de estabilidad para la cuenta de resultados. Incluso si los hiperescaladores recortan temporalmente sus presupuestos experimentales para GPUs de IA, la demanda de CPUs tradicionales para operaciones en la nube y centros de datos permanece. Esto evita que la acción se comporte como una mera apuesta especulativa en IA y proporciona una base de ingresos sólida.
La estrategia a largo plazo permanece inalterada
Estratégicamente, la dirección de AMD sigue apostando claramente por la IA como un ciclo de inversión plurianual, si no decenal. En presentaciones recientes, la compañía ha esbozado márgenes brutos a largo plazo del 55-58%, sustentados por un portafolio combinado de GPUs, CPUs y componentes de red. De manera consciente, evita modelos de negocio con márgenes más bajos, como la reventa a gran volumen de racks completos o sistemas terminados.
Un importante gesto de confianza es la asociación de 6 gigavatios con OpenAI, que valida la infraestructura de AMD en el ámbito de la IA de alto rendimiento. Para el ejercicio fiscal 2026, la dirección proyecta un beneficio por acción de 6,44 dólares. Los ASICs especializados deberían representar a largo plazo solo el 20-25% del negocio relacionado con aceleradores, por lo que el mayor apalancamiento seguirá estando en las GPUs programables y de uso universal.
Valoración elevada en un entorno de escepticismo
En los mercados, gran parte del futuro ya está descontado. AMD cotiza actualmente a 58 veces el beneficio esperado para 2025, un premium significativo que presupone ganancias tangibles de cuota de mercado en IA. Al mismo tiempo, el precio está aproximadamente un 20% por debajo de su máximo de los últimos 52 semanas, lo que ilustra a la perfección la tensión entre las altas expectativas y el creciente escepticismo.
El factor decisivo será ahora si AMD puede demostrar de manera fehaciente que los pedidos de sus aceleradores MI325X se mantienen robustos a pesar de la relajación de las normas para Nvidia en China. El relato está cambiando visiblemente: pasa de un crecimiento impulsado por el momentum a un "modo de prueba", donde los datos concretos de pedidos e ingresos en el segmento de IA serán los que marquen la diferencia. En esta fase de transición, es de esperar una mayor volatilidad, tanto al alza como a la baja, dependiendo de si AMD logra respaldar con cifras sus ambiciosas expectativas en inteligencia artificial.
AMD: ¿Comprar o vender? El nuevo Análisis de AMD del 13 de diciembre tiene la respuesta:
Los últimos resultados de AMD son contundentes: Acción inmediata requerida para los inversores de AMD. ¿Merece la pena invertir o es momento de vender? En el Análisis gratuito actual del 13 de diciembre descubrirá exactamente qué hacer.
AMD: ¿Comprar o vender? ¡Lee más aquí!
