Una alianza que parecía imposible podría estar gestándose en la industria de los semiconductores. Especulaciones sobre una potencial colaboración manufacturera entre AMD e Intel generaron volatilidad en las bolsas este viernes. El silencio oficial de AMD alimenta la incertidumbre: ¿estamos ante un cambio de paradigma histórico entre estos rivales tradicionales?
El mercado reacciona ante los rumores
La cotización de AMD experimentó una notable fluctuación durante la sesión. Tras abrir en 170,68 dólares, las acciones llegaron a caer hasta los 163,14 dólares, reflejando la nerviosidad de los inversores ante estas informaciones no confirmadas.
La compañía mantiene una postura oficial predecible: "AMD no comenta sobre rumores o especulaciones", señalaron mediante un comunicado estándar. Esta respuesta, aunque esperada, no hizo más que avivar las dudas al no confirmar ni desmentir los reportes sobre conversaciones con Intel Foundry Services.
Beneficios estratégicos para ambas partes
Un acuerdo de estas características presentaría ventajas significativas para las dos empresas. AMD conseguiría diversificar su cadena de suministro, actualmente muy dependiente de TSMC. Para Intel, capturar a AMD como cliente representaría un triunfo crucial para su división Foundry, que busca consolidar grandes contratos.
Paralelamente a esta situación, altos ejecutivos de AMD mantienen un discurso confiado. Jason Banta, Corporate Vice President de la empresa, subrayó en una reciente entrevista que su hoja de ruta sigue siendo "disruptiva". Destacó especialmente los próximos productos "Strix Halo", a los que calificó como "definidores de categoría", un claro mensaje de competitividad.
El sector gaming fortalece la posición de AMD
La confianza de la compañía tiene fundamentos sólidos. Los últimos datos de la Encuesta de Hardware de Steam revelan una tendencia constante: AMD continúa ganando participación en el mercado de CPUs para gaming, mientras Intel registra mínimos históricos. Este dinamismo refuerza significativamente la posición negociadora de AMD, tanto en conversaciones potenciales con socios como en la competencia directa.
El sentimiento general entre los analistas sigue siendo favorable. De los 32 analistas de Wall Street que cubren la compañía, la mayoría mantiene recomendaciones de compra. La próxima prueba de fuego llegará el 4 de noviembre, con la publicación de los resultados trimestrales, donde AMD tendrá la oportunidad de respaldar sus ambiciosos planes con datos concretos.
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