Mientras el sector tecnológico enfrentaba una jornada complicada el viernes, Amazon demostró una vez más su capacidad para nadar contra corriente. La compañía no solo resistió la presión, sino que cerró en terreno positivo gracias a una movida financiera de proporciones colosales: la emisión de bonos por 15.000 millones de dólares que marcan un antes y después en la carrera por la supremacía de la inteligencia artificial.
Resiliencia en tiempos volátiles
El comportamiento de la acción de Amazon el viernes pasado dejó en evidencia la confianza de los inversores. En una sesión donde muchas empresas tecnológicas sufrían las consecuencias de lo que algunos analistas denominaron "liquidación de posiciones en IA", el valor de Amazon mostró una fortaleza notable. Tras un inicio dubitativo, la acción repuntó para finalizar con una ganancia del 1,80%, situándose en 191,60 euros.
Lo más significativo fue la interpretación del mercado ante los planes de gasto anunciados. En lugar de percibir estos desembolsos como un factor de riesgo, los inversores los validaron como inversiones estratégicas necesarias para asegurar el crecimiento futuro. La capacidad de Amazon para obtener financiación a largo plazo en condiciones ventajosas refleja la solidez crediticia de la empresa, permitiéndole proyectar que los rendimientos de sus inversiones en IA superarán holgadamente su coste de capital.
Éxito sin precedentes en la emisión de deuda
El apetito de los inversores por la deuda de Amazon alcanzó niveles históricos. La demanda de los nuevos bonos llegó a casi 80.000 millones de dólares, superando en más de cinco veces el monto inicialmente ofrecido. Este respaldo masivo permitió a la compañía conseguir capital en condiciones excepcionalmente favorables, con rendimientos que se sitúan apenas por encima de los bonos del Tesoro estadounidense.
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Estos recursos no están destinados a cubrir necesidades operativas del día a día, sino que financiarán una expansión "agresiva" de infraestructura. El plan incluye la construcción de nuevos centros de datos y el desarrollo de hardware especializado, donde los chips Trainium propios juegan un papel fundamental. El objetivo es claro: garantizar que AWS mantenga su liderazgo en la nube durante la era de la inteligencia artificial generativa.
Visión estratégica de cara a las fiestas
El momento elegido para esta operación financiera no es casualidad. Amazon se prepara para superar a Walmart como la empresa con mayores ingresos del mundo en 2025, mientras que a corto plazo, toda la atención se concentra en el Black Friday de la próxima semana.
Los analistas destacan la posición privilegiada de Amazon frente a los retailers tradicionales. Mientras estos últimos enfrentan una fuerte presión sobre sus márgenes, los negocios de publicidad y computación en la nube de Amazon proporcionan un colchón de rentabilidad que le permite implementar estrategias de precios agresivas durante la temporada navideña sin comprometer sus resultados financieros.
La capacidad de la acción para capitalizar este impulso y acercarse a sus máximos anuales dependerá fundamentalmente de las cifras de ventas que se reporten en las próximas semanas. Lo que queda claro es que Amazon ha movilizado sus recursos con una determinación que redefine las reglas del juego en la batalla tecnológica del futuro.
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