La acción de D-Wave Quantum (QBTS) sigue siendo una de las grandes protagonistas del año en los mercados tecnológicos. Sin embargo, un movimiento significativo en la cúpula directiva está generando dudas entre los analistas más cautelosos. Mientras el precio se mantiene en una trayectoria alcista, alimentado por el entusiasmo de los inversores minoristas, el máximo responsable de la compañía ha realizado desinversiones por un volumen considerable.
El contraste: euforia en bolsa frente a prudencia interna
Los datos son concretos y abarcan un periodo extenso. Entre los meses de mayo y noviembre de 2025, Alan Baratz, Consejero Delegado de D-Wave Quantum, procedió a la venta de acciones propias por un valor total que supera los 43 millones de dólares. Un hecho destacado ocurrió el 11 de noviembre, cuando una parte sustancial de esta cantidad, aproximadamente 23,3 millones de dólares, fue liquidada mediante un plan de trading preestablecido (10b5-1).
Este tipo de planes, aunque diseñados para evitar acusaciones de uso de información privilegiada, no mitigan el impacto psicológico que genera una salida de capital de tal magnitud desde el despacho del CEO. Históricamente, movimientos de esta envergadura son interpretados como una posible señal de que la visión interna sobre el valor de la compañía no coincide con el optimismo desbordante que se refleja en el parqué.
El mercado hace oídos sordos... por ahora
Curiosamente, la reacción del precio de la acción ha sido de total indiferencia ante este hecho. En la sesión de hoy, el valor ha continuado su escalada, anotando una subida del 1,16% hasta situarse en 22,67 dólares. El desempeño semanal es aún más robusto, con una ganancia acumulada de alrededor del 11,1%. Estos movimientos consolidan una performance anual extraordinaria, con una revalorización que supera el 600%, lo que la sitúa entre los activos más volátiles y especulativos del sector.
El "dinero inteligente" comienza a retirarse
El comportamiento de Baratz no es el único elemento que invita a la precaución. Algunos grandes actores institucionales también están ajustando sus posiciones, en lo que parece una clara estrategia de toma de beneficios tras la espectacular subida. Un ejemplo claro es el de Cetera Investment Advisers, que en el segundo trimestre redujo su participación en D-Wave Quantum en un 12%, quedándose con una posición de cerca de 112.500 acciones.
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Este movimiento refleja una dinámica típica en mercados sobrecalentados: los inversores profesionales ("smart money") comienzan a asegurar ganancias, mientras el sentimiento general de codicia alcanza su punto álgido.
Los fundamentos: un rayo de luz operativa
En medio de este panorama de señales contradictorias, los últimos resultados operativos ofrecen argumentos a los que mantienen una visión positiva. El informe del tercer trimestre de 2025 mostró un dato alentador: los ingresos se duplicaron con creces en comparación con el mismo periodo del año anterior, alcanzando los 3,7 millones de dólares.
Este crecimiento fue impulsado principalmente por dos factores: ventas de sistemas en el mercado europeo y una base de clientes corporativos en expansión. Este progreso comercial tangible es el principal combustible que utilizan los alcistas para justificar la actual valoración.
Resumen de la situación actual:
- Sentimiento de mercado: Extremadamente alcista, con ganancias semanales del 11% y anuales superiores al 600%.
- Señal de advertencia: Ventas masivas de acciones por parte del CEO Alan Baratz por valor de más de 43 millones de dólares.
- Actitud institucional: Comienzo de la toma de beneficios, con reducciones de posición como la del 12% por parte de Cetera Investment Advisers.
- Fundamentos empresariales: Crecimiento sólido, con ingresos del tercer trimestre de 3,7 millones de dólares, el doble que el año anterior.
La disyuntiva para el inversor es clara. Por un lado, existe un crecimiento de negocio verificable y un momentum técnico abrumador. Por el otro, las acciones del máximo directivo y de algunos grandes fondos proyectan una sombra de duda sobre la sostenibilidad de las cotizaciones actuales. La elevada volatilidad que se observa en el día a día es el mejor indicador de que la batalla entre estas dos narrativas está lejos de tener un vencedor claro.
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