La acción de Nvidia genera opiniones encontradas entre los inversores. Frente a la inquietud que provocan sus recientes oscilaciones, la analista tecnológica Beth Kindig proyecta un horizonte de ganancias extraordinarias, llegando a anticipar una posible duplicación de la cotización. ¿En qué se fundamenta una previsión tan ambiciosa?

Una transformación estratégica subestimada
Kindig, directora ejecutiva de I/O Fund y excolumnista de MarketWatch, sostiene que el mercado no está valorando adecuadamente la profunda evolución de Nvidia. La compañía ha trascendido su condición de fabricante de chips para consolidarse como un proveedor integral de soluciones de computación, abarcando sistemas completos de hardware, redes y software.
Un indicio que refuerza este optimismo proviene de su cadena de suministro. Hon Hai Precision, su socio manufacturero, reportó unos sólidos ingresos de 19.800 millones de dólares para agosto, lo que supone un incremento interanual del 10,6%. Este conglomerado taiwanés, responsable de producir servidores para los sistemas de IA de Nvidia, prevé un crecimiento continuado para el tercer trimestre, impulsado por un aumento significativo en los envíos de productos para la nube.
El negocio de centros de datos: el motor del crecimiento
El núcleo del análisis de Kindig radica en su convicción de que Wall Street subestima de forma masiva la división de centros de datos de Nvidia. Su pronóstico apunta a que este segmento alcanzará unos ingresos trimestrales de 75.000 millones de dólares hacia finales de 2026, y que eventualmente generará 500.000 millones de dólares en ingresos anuales para 2028. Esta cifra contrasta con las estimaciones actuales del consenso analítico, que se sitúan en 293.000 millones de dólares para ese mismo año.
¿Deberían los inversores vender inmediatamente? ¿O vale la pena comprar Nvidia?
"Si alcanzamos un negocio de centros de datos de 500.000 millones de dólares en 2028 y hoy estamos en unos 200.000 millones, esto implica un potencial de aproximadamente un 100% de revaloración, o incluso más, dependiendo del momento de entrada", explicó la analista.
Kindig identifica el explosivo negocio de redes como un indicador clave. Este ámbito es precisamente lo que diferencia las GPU actuales de los futuros chips Blackwell, los cuales requerirán sistemas interconectados considerablemente más complejos.
Inversión en computación cuántica y dominio del mercado
En paralelo, Nvidia está realizando apuestas estratégicas en tecnologías de vanguardia. Prueba de ello es su participación en la ronda de financiación de 600 millones de dólares de Quantinuum, una empresa de computación cuántica. La colaboración dentro del Accelerated Quantum Research Center subraya el posicionamiento de la compañía más allá de las aplicaciones clásicas de inteligencia artificial.
A pesar de la volatilidad reciente, la posición dominante de Nvidia es incontestable: ostentó una cuota de mercado del 94% en las ventas globales de GPU durante el segundo trimestre de 2025. Además, un eventual recorte en el gasto en IA por parte de los grandes gigantes tecnológicos podría verse compensado por la demanda de clientes corporativos que hasta ahora no han podido acceder a la tecnología debido a los cuellos de botella en la supply chain.
La incógnita final persiste: ¿logrará Nvidia materializar estos ambiciosos objetivos de crecimiento o el optimismo de Kindig resulta excesivo?
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