El mundo financiero se ha visto sacudido por el anuncio de una alianza estratégica entre Nvidia y OpenAI, valorada en la astronómica cifra de hasta 100.000 millones de dólares. Este acuerdo, que podría redefinir por completo el futuro del gigante de los semiconductores, contempla el suministro de un mínimo de 10 gigavatios de sistemas Nvidia para impulsar centros de datos de inteligencia artificial de última generación. No obstante, este panorama idílico se ve matizado por una oleada de ventas de títulos por parte de los principales directivos de la compañía.

Un nuevo paradigma de negocio para Nvidia
Más allá de las impresionantes cifras, el acuerdo con OpenAI representa un cambio de modelo fundamental para Nvidia. La empresa reduce su histórica dependencia de los pedidos cíclicos de los grandes hiperscalers, asegurándose en su lugar una demanda estable y predecible a largo plazo, un modelo que recuerda al de una empresa de servicios públicos.
Este giro estratégico ha llevado a los analistas a revisar drásticamente sus proyecciones. El consenso de estimación de ingresos para el año fiscal 2027 ha experimentado un notable ajuste al alza, pasando de los 274.000 millones de dólares iniciales a superar los 300.000 millones. Esta revisión se extiende también a los beneficios, con algunas previsiones apuntando a un beneficio por acción de 7,75 dólares para ese mismo ejercicio.
La arquitectura Blackwell: El motor detrás del crecimiento
El optimismo de los analistas no es infundado y se sustenta en los sólidos resultados recientes. Solo en el segundo trimestre del año fiscal en curso, la división de centros de datos de Nvidia generó unos ingresos de 41.100 millones de dólares. El principal impulsor de estas cifras récord es la plataforma Blackwell, la última generación de chips de IA de la compañía.
¿Deberían los inversores vender inmediatamente? ¿O vale la pena comprar Nvidia?
La capacidad de producción de los sistemas Blackwell ha alcanzado un ritmo impresionante de 1.000 racks semanales. Ya en su primer trimestre completo en el mercado, esta nueva arquitectura contribuyó con decenas de miles de millones de dólares al total de ingresos de la empresa.
La otra cara de la moneda: Los directivos aprovechan para vender
En contraste con el entusiasmo general del mercado, las operaciones de venta realizadas por altos cargos de Nvidia han captado la atención y generan cierta cautela:
- El director Mark A. Stevens enajenó 350.000 acciones por un valor aproximado de 61,7 millones de dólares.
- La directora Persis Drell vendió 40.000 títulos, equivalentes a unos 7 millones de dólares.
- El CEO Jensen Huang notificó la venta planificada de 75.000 acciones.
Estos movimientos, que coinciden con máximos históricos, plantean interrogantes sobre la perspectiva interna a corto plazo.
Análisis técnico: Una encrucijada clave para la cotización
Desde un punto de vista chartista, la acción de Nvidia se encuentra en un momento decisivo. En la actualidad, el título cotiza por encima de un nivel de soporte crucial situado en los 176,73 dólares. Mantenerse de forma sostenida por encima de este umbral podría abrir la puerta a nuevas ganancias, con un objetivo técnico próximo en los 185,16 dólares. Sin embargo, una ruptura a la baja de este nivel clave podría interpretarse como una señal de agotamiento del rally actual y desencadenar un cambio de tendencia.
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